Hace mucho tiempo, fuí una niña como cualquier otra, inocente, alegre y feliz al lado de su abuela, la mujer que me consintió, la única mujer que hacía mi corazón latir de felicidad. Ella todas las noches me juraba quedarse a mi lado eternamente, la veía llorar todas esas noches, inocentemente le preguntaba que le pasa, ella respondía, que todo estaba bien, que me amaba y jamás me dejara sóla. Paso un tiempo donde cada vez la veía más agotada, débil, jamás quiso decirme que estaba enferma, que su tiempo de vida se agotaba, siempre trataba de evitar que le preguntará sobre la muerte, realmente desconocía su significado, solo sabía decirme, "yo jamás moriré, pase lo que pase siempre estaré a tu lado cuidando de ti, eres mi tesoro". Una noche estaba apunto de irme a la cama, cuando mamá recibió una llamada, con tranquilidad pregunté que pasa, me respondió que mi abuela estaba grave. Pasaron 2 semanas cuando mamá regreso a casa, pregunté por mi abuela y me dijo que estaba muerta, que mañana la iban a velar, "¿Muerta?" Pregunté, "¿Qué es estar muerta?" "Que ya jamás la volverás a ver", dijo mi madre mirándome seriamente. "No mamá", respondí, "ella solo duerme, es un sueño muy largo que tomará, es todo", dije con inocencia, mi madre se fue del lugar y yo feliz de que mañana la volvería a ver, dormi. Al día siguiente llegué a su casa encontrándome con mucha gente llorando, pude observar a mi hermosa abuela en una caja negra, rodeada de flores con colores lindos, cosa que la hacía ver más hermosa, me acerque a ella dando un beso en su mejilla, n mientras dejaba una carta en su mano, note una lágrima seca en su mejilla, yo fruncí el sueño y me quedé a su lado hasta que la enterraron como me dijo mi tía, mamá ese mismo día me dijo que sus últimas palabras fueron "Cuídame a mis nietas, no dejes que nada les pase, porfavor". Pasaron días, y jamás la volví a ver, hasta que entendí a mis 11 años el significado de la muerte.