Nota de la autora:
Esta novela es una obra de ficción, hecha de una fan para los fans. Los personajes, la magia, así como los lugares y las criaturas que aparecen han salido de la serie Supernatural.
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A nadie le gustan los lunes, a casi nadie, al menos ¿verdad? Pues bien, seguro que Castiel tiene más razones que la mayoría para odiarlos, o al menos una más extraña que la mayoría.
Como he dicho, es lunes, concretamente el segundo lunes de octubre, lo que significa que el viernes y el jueves no hay clase, por que hay una fiesta en el pueblo donde él vive, o es algo del instituto, Castiel nunca se ha interesado y no va a empezar ahora. No cuando tiene cosas más importantes en las que pensar.
Como en por qué su pelo, negro y de recién levantado, es imposible de ser peinado a no ser que se ponga encima medio bote de gomina, o por qué, por mucho que duerma, sus ojos azules siempre van acompañados de ojeras, o que demonios le pasa a su piel, que se quema pesar de no ser blanco como la leche, es más bien leche con un toque de cacao, algo intermedio. También se pregunta por qué la gente está tan ansiosa por crecer, si él, a sus diecisiete años ya está harto, y no lleva ni un cuarto de su vida, por suerte o por desgracia.
Y no es que esté harto por ser un adolescente, que también, si no por que desde hace algunos años, demasiados, si le preguntas a él, padece migrañas crónicas. Pero no cualquier migraña, aparece única y exclusivamente en el instituto, a una hora exacta empieza y a una hora exacta termina. Puntual como nadie, su migraña ataca a las 9:15 y termina a las 9:56. Empieza como un leve malestar, como si alguien presionara su frente con la mano, el dolor va aumentando hasta que siente como si su propia sangre estuviera haciendo presión en su cerebro por escapar desesperadamente.
Por su puesto, ha ido al médico, desde que notó como la migraña parecía desafiar toda lógica. Primero, al médico de familia, quien le recetó unos calmantes cada ocho horas, no sirvió de nada en absoluto, así que le derivaron al neurólogo. La neuróloga que lo atendió, le hizo análisis de sangre, de orina y un TAC. Castiel no entiende que tendrá que ver la orina, pero no se atrevió a preguntar. Según las pruebas, todo estaba bien, sin embargo, el neurólogo le mandó una resonancia, que tu cerebro se vuelva fosforito es realmente curioso, Castiel aún conserva las imágenes, en algún lugar de su estantería.
Como no encontraban nada físico que pudiera provocar el dolor, los médicos decidieron que podría ser algo sugestivo, así que mandaron a Castiel al psicólogo, durante algunas semanas, Castiel le contó a una doctora realmente amable, qué ocurría antes y después de los dolores, como era su día a día, cómo eran sus relaciones personales... Todo normal, era tan normal que incluso era aburrido de contar, por que lo más interesante en la semana era que los jueves salía un capítulo nuevo de su serie favorita, o que un gato callejero le había concedido el honor de permitirle acariciarle.
Así que, armado con calmantes y un justificante médico que le permitía estar drogado durante una clase, Castiel iba a clase con la seguridad de que tendría un buen dolor de cabeza. Sufriendo a pesar de la medicina.
Para colmo, no tiene suficiente con ser el rarito, si no que, como medio instituto, tiene un amor platónico, o crush. En verdad no es tan terrible, es cierto que suspira como si fuera estúpido mientras observa en la distancia a Dean, si, Dean Winchester. De hecho, a Castiel le gusta tanto que, cada maldita vez que Dean le dirige la palabra, él tartamudea, se muerde la lengua, balbucea incoherencias, le sudan las manos, se sonroja hasta la coronilla, se tropieza con la nada, lo típico, vamos.
Y Dean, a pesar de todo, le sigue hablando casualmente, incluso cuando ha demostrado que su cerebro no puede entablar una conversación coherente. Aunque bien visto, Dean habla con todo el mundo. Dean es alto, un metro ochenta y seis, y no, no queréis saber cómo lo averiguó, tiene el cabello rubio oscuro, pecas por sus mejillas y nariz, ojos verdes de ciencia ficción, si, como dice la canción, y una tez morena de pasar parte del verano bajo el sol.
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El diablo está en los detalles | Destiel
FanfictionComo cada día desde que Castiel recuerda, durante la tercera hora escolar, tiene un fuerte dolor de cabeza. No fallaba nunca, era llegar esa hora de clase y empezar el dolor de cabeza, hasta que terminaba la hora. ¿Por qué? Castiel no lo sabe, tampo...