Be my daddy [Emiliaco]

FOUR

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"¡Joaquín, a tomar desayuno!" fue el grito que lo despertó por la mañana. Ni en vacaciones podía dormir hasta tarde, de mala gana se levanto para proseguir a lavar su cara.

bajó las escaleras sentándose en el comedor con toda su familia presente hasta que sus achocolatados ojos cayeron en los profundos negros de Emilio.

recordando todo lo de anoche.

los gemidos y suspiros que llenaron su habitación, la cama moviéndose bruscamente, tirones de cabello y rasguños en la espalda junto con las duras embestidas y los chupones repartidos por todo su cuerpo. Una noche de infidelidad y pasión junta.

"¿como dormiste Joaco?" pregunta su madre mientras se sirve el café en su taza de cerámica

"bien" sonríe nerviosamente para seguir tomando de su té.

"anoche escuche ruidos raros, la pared de Joaco sonaba demasiado" comenta Ale provocando que el castaño tire el liquido que se encontraba en su boca.

"creo que te equivocaste linda" habla Emilio por primera vez en la mesa "anoche estuve con Joaquín y no hizo nada malo" su tono de voz áspero y dominante. Mierda ¿porque tenia que ser tan malditamente caliente siempre?

"si tu lo dices" 

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los besos húmedos bajaron a su cuello haciéndolo suspirar en el acto, sus muñecas se encontraban aprisionadas contra el respaldo de su cama, entornando la situación a una más caliente.

"daddy" gimió tirando su cabeza hacia atrás. Era de noche y el pequeño pensaba que Emilio no volvería y solo quería sexo de una noche pero se había equivocado, porque había vuelto y con su mismo objetivo.

ambos sabían que estaba mal y que no deberían hacerlo para evitar problemas pero era imposible si los dos se traían tanto deseo desde la primera vez que se vieron.

pensaba en ya no hacerlo más y lo mucho que sufriría su hermana al enterarse de esto. Pero todos esos pensamientos se iban cuando Emilio entraba en él como se encontraba haciéndolo ahora.

"dios" jadeo cuando las embestidas empezaron a hacerse mas duras, su espalda arqueándose y sus muñecas siendo tiradas junto con el metal de las esposas ardiéndole la piel.

"me encantas tanto" murmuro el rizado contra con su sudada piel para proseguir a dar otra embestida consiguiendo que grite fuertemente.

"¡ah!" gimió, su punto dulce había sido tocado fuertemente causando que vea las estrellas por primera vez en toda la noche "no pares" pidió en un susurro.

"no pienso hacerlo" hablo ronco para hacer de sus estocadas mas duras causando que Joaquín gima sin compasión alguna, sintiéndose maravillado, sintiendo bien. Sintiéndose completo.

la ancha espalda del pelinegro sobre el, sudado, rizos despeinados y moviendo consecutivamente sus caderas para mas placer. Le encantaba aquella imagen y más tenerla en primer plano.

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sus pies tocaron el congelado suelo para caminar hacia el baño, su cabello sintiéndolo completamente enmarañado y sus ojos pesados.

abrió la puerta del baño pero sus movimiento se detuvieron al instante cuando escuchó ruidos raros provenientes del cuarto de Joaquín. Pensando que solo era su imaginación para volver a su actividad de antes pero los ruidos no cesaban, teniendo curiosidad se acercó a la puerta de la habitación correspondiente apegando su oído

no pudiendo creer lo que escuchaba

era la voz de Emilio junto con la de su hijo, ambos gimiendo.

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Que opinan de la historia? Les va gustando? :))