Parte Única

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Notas: culpo inmensamente a Shinobu Rei por esto. Si no fuera porque alimenta mi cochina imaginación yo estaría tranquila escribiendo lo que ya tengo pendiente y no ahogándome en hermosas ship como el LiuYue (?). Me fui a la mierda y me encanta.

Disfruten.


Confort

El Pico Qiong Ding es una estructura celestial que yace apenas oculta en una montaña. Sobre sale, parece que forma parte de ésta en su singular naturaleza y Yue Qingyuan se entrelaza a ella en una representación intrincada que sólo confiere la inmortalidad, producto de haber trabajado incansablemente para la montaña Cang Qiong.

Por eso, cuando Liu Qingge ingresa por el umbral de la oficina principal, quebrantando el sosegador silencio auto-impuesto, Yue Qingyuan no se sorprende.

Alza la cabeza, apartando la vista de los documentos en los que había estado trabajando hasta hace unos segundos atrás y esboza una sonrisa cuando Liu Qingge termina de ingresar con la túnica de su vestimenta ondeando al compás de su medido caminar intransigente, cerrando la puerta no sin antes colocar un sello en la superficie para inhibir los ruidos que pronto surgirán.

A Yue Qingyuan no le extraña los violentos aspavientos ni la forma en cómo Liu Qingge yace presente en su vida. Es un vendaval que rasga el borde, mas no termina de romper.

Su relación no ha cambiado ni un poco salvo en los momentos donde Liu Qingge no parece soportar más las tribulaciones en su día a día y termina buscándolo como un perro sin amo. Yue Qingyuan ignorará ese amargo resabio que surge en su mente ante el inminente pensamiento de sentirse usado, porque creerá con fervor que él, siendo su Shi Xiong, lo ayudará a canalizar mejor ese despiadado qi.

Sí, sólo ayuda a Liu shidi.

La sonrisa se acentúa, sus párpados se arquean en un gesto amable.

—Shidi, ¿a qué debo el honor de tu presencia?

Liu Qingge no responde. Lo cual es habitual considerando su nula capacidad para rellenar el incómodo silencio. Yue Qingyuan aún continúa sentado tras el escritorio de su oficina con la pila de documentos que concierne al estado de su secta. No se resolverán por arte de magia y Liu Qingge lo observa con la austeridad ensombreciendo su hermoso semblante.

Ambos saben que Liu Qingge no lo interrumpiría a menos que el estanque de su desesperación esté a nada de desbordarse y Yue Qingyuan deba emplear la paciencia para liberarlo adecuadamente de su estrés.

Debería sentirse honrado de que Liu Qingge recurra a él cuando ya no puede más, cuando ni siquiera el entrenamiento es suficiente para ahogar el odio surgente ante la desesperación que resulta contemplar a Xiao Jiu yacer con Luo Binghe.

Siendo feliz, ajeno a los pesares de aquellos que añoran algo de atención por parte de Shen Qingqiu.

La sonrisa merma, ya no es amable: es cansina. Pronto un suspiro emerge y Liu Qingge se crispa, frunciendo el ceño.

¿Se siente honrado por ejecutar el egoísmo y recibir solo las migajas? Xiao Jiu ya no lo necesita, nunca lo hizo realmente y Yue Qingyuan, al igual que Liu Qingge, esperaron que un poco de aquel unilateral amor les rociara a ambos como esa llovizna mañanera que riega los bambúes nacientes.

¿Es egoísta pensar que le alegra sentirse necesitado?

Xiao Jiu es como una espina incrustada en su corazón, nunca sanará. Seguirá sangrando hasta que inevitablemente lo supere, pero Yue Qingyuan es cruel consigo mismo. Le mantiene vivo la idea de seguir sufriendo por ese idilio no superado.

ConfortWhere stories live. Discover now