Hoy inicio la secundaria en un colegio público, algo emocionante para mí ya que nunca antes he estado en uno.
Para llegar a mi antiguo colegio tenía que caminar solo 5 minutos, ahora tenía que caminar 10.
(Un gran cambio)
Al llegar noté que no había casi nadie. Era una de dos:
- Llegué muy temprano.
- Llegué demasiado tarde.Podía sentir la desesperación carcomiéndome, rogaba porque sea la primera opción. No podía llegar tarde en mi primer día de clases.
Fue entonces que me di cuenta de que varios estudiantes llegaban conmigo y me relajé, no podíamos llegar todos tarde ¿Verdad?.
Afortunadamente, anunciaron por los parlantes que teníamos que empezar a formarnos, y aquellos que eran nuevos estarían en otra fila para que les asignarán su sección. Sentí como volvía a respirar con normalidad.
Me integré a la fila y noté con decepción que no conocía a nadie. Se supone que mi mejor amiga también se iba a matricular, que íbamos a acabar juntas. Veo que no será así.
Fue entonces que empezaron a nombrar a los estudiantes nuevos, nos advirtieron estar atentos por si nos llamaban para saber que sección nos iban a asignar. De esa manera sabríamos a donde ir, ya que indicaron que cada salón tenía pegada una hoja que mostraba que sección era.
Empezaron a llamar:
- Pérez Hortega, Luis. Sección A
- Aguilar Aguilar, Geraldine. Sección C
Y así se fue acortando la fila, quedábamos pocos. ¿Y si no me llamaban? ¿ Y si se habían equivocado y no estaba inscrita? . Me estaba muriendo de miedo, sabía que como era un colegio público mucha gente se presentaba y las vacantes eran limitadas, por lo que algunos quedaban fuera.¿ Y si no cumplía con los requisitos y por eso me quedaba fuera?
- Rivera Quispe, Arlette. Sección A
Suspiré aliviada. Mis temores fueron en vano.Me dirigí al que sería mi salón por el siguiente año.
Las carpetas estaban agrupadas como para 6 estudiantes.Había solo un asiento disponible, en un grupo de mesas.Aquí una prueba de lo hermosa que es mi suerte.
¡Todos se conocían! Sentí que sobraba, mientras me acercaba rogaba porque me aceptaran en ese grupo, sería muy vergonzoso si me sentaba y me decían que estaban reservando ese asiento para uno de sus amigos.
El mundo definitivamente estaba en mi contra.
Efectivamente, lo que tanto temía que pasara pasó.
Una chica de cabello castaño oscuro y ojos marrones me dijo:
- Lo siento, pero estamos esperando a una amiga. ¿Podrías buscar otro asiento?.
Justo antes de que pueda responder una de sus amigas, sentada al lado del asiento disponible, me miró y dijo:
- No seas así Keila, no estamos esperando a nadie. Lo siento, puedes sentarte sin vergüenza. Aquí no juzgamos.
- Gracias. -Ya me caía bien. Me propuse iniciar una conversación, pero primero necesitaba saber su nombre -¿Cómo te llamas?
- Amapola, Palomino Mendoza ¿Y tú?
- Arlette, Rivera Quispe. ¿Sabes a qué hora llegará el profesor?
Como si lo hubiera invocado, un señor de unos 40 años entró por la puerta.
- Buenas buenas, jóvenes. Por ser su primer día nos enfocaremos en que se conozcan. Además, a partir de las 10 tendrán su fiesta de bienvenida.
Y empezaron las presentaciones, inmediatamente dejé de prestar atención.
Bravo Arlette. Te quejas de no conocer a nadie y dejas de prestar atención cuando se presentan.
Mi conciencia tenía razón, pero tarde me di cuenta porque cuando empecé a prestar atención era mi turno de presentarme y era la última.
Me levanté del asiento, y hablé:
- Buenos días, me llamo Arlette Rivera Quispe.
Procedía a sentarme, cuando el profesor dijo:
- Se nota que no prestó atención señorita Rivera. Aparte de presentarse tiene que describirse con solo tres oraciones y contarnos cual es su plato favorito .
- Perdón profesor. Bueno, como ya
dije, me llamo Arlette Rivera Quispe.
Mi descripción perfecta sería la
siguiente:- Soy perseverante.
- Me gusta hacer bien las cosas.
- Soy bromista.~Sabes bien que eso no es verdad.
- Pero lo haré realidad conciencia, así que shhh.Y mi plato favorito es el hondo,
porque le cabe más comida.- Amén hermana.
- Digo lo mismo.
Ok, no estuvo mal.
Al parecer hice una amiga, ya que después de Amapola decidió seguir conversando conmigo.
Creo que eso no le gustó al profesor, ya que apenas empezábamos a entrar en confianza cuando se levantó se dirigió a nuestra mesa y dijo:
- Bueno jóvenes, parece que todos en este grupo se conocen ¿No?. Vamos a cambiar de lugares para que todos se conozcan. Les advierto que una vez que asigne un sitio no podrán cambiarlo.
Todos empezaron a quejarse.
- ¡Silencio! Al próximo que haga ruido lo hago sentar solo.
Mágicamente el silencio reinó en el salón.
Pensé que quizás tendría suerte y Amapola se quedaría a mi lado. Pero no, hasta me cambiaron de grupo.
La única persona que reconocí fue Keila.Peor es nada.
Me pusieron en medio de dos chicos que parecían llevarse bien, demasiado bien.
Para aumentar mi incomodidad hablaban animadamente, conmigo en medio.Solo conversaron hasta que sonó el timbre que anunciaba que la fiesta de bienvenida había empezado.
Nos dirigimos al polideportivo. Era enorme, con un inmenso techo azul con franjas horizontales amarillas.
La música se escuchaba demasiado fuerte. En la entrada nos recibieron los alumnos de quinto año, nos dieron la bienvenida y nos invitaron a bailar.
La música era buena, lo malo es que no había nadie bailando en la pista. Todos estaban sentados en las gradas conversando con sus amigos.
Como alma solitaria fui a sentarme en una grada alejada.
Desperté y ya no había nadie, esperen un momento ¿Desperté? ¡Noooo!
Me dormí en las gradas del polideportivo en medio de una fiesta de bienvenida.
Así señoras y señores fue como empezó mi primer día de colegio.
Era un buen comienzo...
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Los Incomprendidos
Teen FictionRecuerdo con claridad nuestra primera conversación (fue definitivamente la más rara que tuve en mi vida). Yo simplemente estaba en mi mundo, fue entonces que se me acercó y me dijo: -¿Podrías por favor explicarle a mi primo que todas las personas s...