Muchas veces las personas pasan por situación en su vida que a la larga de muchas caídas le hacen que vaya aprendiendo de sus errores, y más cuando hablamos de una de las palabras más exuberantes de este mundo, aquella que marco la vida de David en...
"Historia basada en la vida real que muestra muchas situaciones de la mayoría de personas al estar enamoradas lo cual es un cambio radical para cada una de ella dando así la potestad a la otra persona de destruirnos en cualquier momento"
"Te Amo", bendita palabra que ha empapado el mundo de dolor, decepción, tristeza, rencor, y poquísimas veces de aquello, aquello que la mayoría de seres humanos buscan con ansia y desespero, ¿cuál naufrago buscando agua digna de beber en una isla totalmente desolada?, o ¿cuál muchacho que entre lágrimas añora dar con aquel juguete extraviado?, el cual era su favorito, así el desdichado busca la felicidad.
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Y usted lector se preguntará ¿Por qué "desdichado"? y yo amablemente le responderé, desdichado porque el hombre sabio, lleno de aquella virtud que únicamente los seres humanos poseemos y que la utilizamos ya sea para bien o para fines malignos, el poder del razonamiento, sabrá que la "felicidad" es totalmente relativa (Darwin lo aprobaría si estuviera vivo) y el simple acto de buscarla conlleva a perder lo más valioso, lo único que jamás se podrá recuperar... matar el tiempo en vano, pues lo único que quizás logre encontrar es desesperanza, despecho o el autoestima siendo pisoteado por las botas más robustas.
Fueron pasando los veranos e inviernos en esta tierra en la que toda su vida ha permanecido, y aunque juzguen por su edad (19 actualmente) que no es apto para hablar con un toque de soberbia y atrevimiento, algo característico de él, sobre ciertas cosas, ya sea porque sean unos ignorantes que están absorbidos en la idea de que un número determina el don de la inteligencia o el poder de la experiencia (que admito en cierta parte lo empírico es algo razonable) He lidiado con problemáticas que como los profesores en el templo del saber me enseñaron las matemáticas y todas las reglas del lenguaje, así me enseñaron estos sucesos a ser la persona que soy, en el templo del saber que en este caso, es llamado "vida".
Su felicidad, Antes de cierto punto de su existencia, se notaba a leguas, ni el color fluorescente jamás creado se comparaba al finísimo resalto que en el producía el más mínimo detalle que día a día se presentaba, obviamente también existieron momentos en los que el llanto le consumía, pero pensándolo mientras escribo, aquel llanto vano dibuja ahora una leve sonrisa en su rostro, ya quisiera yo presentarme en forma de alma a mi antiguo yo para decirle algo como esto: - Levántate y limpia esa rodilla campeón, que aquel dolor superficial no se asemeja en lo más mínimo al que residirá futuramente en tu interior, levántate y sonríe, deja de lamentarte por pequeñeces, otro juguete te comprarán, otro día al cine te llevarán, ese álbum por el que tanto dinero gastaste viejo se pondrá, y tú, David, en un joven afortunado te convertirás.
Aquella felicidad antes mencionada se convirtió en una llama de fuego prendida sobre una vela, y así con cada experiencia vivida, con cada enseñanza aprendida, lentamente la cera se fue desvaneciendo. Sí, creció como cual pequeña semilla germina y se convierte en un esbelto árbol, y con el creció el pesimismo... seguía siendo aquel hombre alegre pero ya no lo demostraba de forma superficial, perdió el rumbo, se sentía como en un gran velero, viajando sin rumbo, sin brújula, y sin ningún tipo de guía en medio de un hermoso Océano infestado de bestias salvajes como también de corales hermosos, coloridos y llenos de vida.
