Hermoso Hombre [NamJin]

04

Había llegado el ansiado día y Seokjin estaba impaciente. Quería ver actuar a Namjoon.

Este le miró y le sonrió, cosa que comenzaba a gustarle al mayor.

-Kim Namjoon, demuestra tu talento.- habló el maestro invitándolo a subir al escenario.

-Realmente nunca había actuado antes.- dijo el moreno.- Pero será un placer.

Dejo sus pertenencias al cuidado de Seokjin y este a su vez le ánimo diciendo que lo haría bien y si se sentía nervioso solo debía decirlo.

-Sé que es muy cliché pedirte esto, pero creo que es la obra más conocida entre adolescentes.- habló con alegría, puesto que el chico era muy apuesto e ideal para protagonista.- Recitame un poco de Romeo y Julieta.

Y tan pronto como lo pidió el chico subió tomando el libreto ofrecido por el maestro, recitó parte de la escena final.

Kim Seokjin nunca había estado más encantado en toda su vida como en ese momento, miraba embelesado a Namjoon por su expresión de concentración.

Cuando paró su hablar los aplausos no tardaron el llegar, agradeciendo a todos fue directamente con su mayor.

-¿Cómo lo hago Jin hyung?.- preguntó nervioso de su primera crítica y quería que fuera el chico de labios carnosos quien se la dijera.

-Actuas muy bien, te hace falta práctica, pero con el tiempo iras aprendiendo.- dijo para luego mirar el brillo radiar de los ojos del peliplata.

-¿Usted me enseñará?.- preguntó.

-No creo que sea el indicado para enseñar, pero prometo que podemos practicar juntos.- le aseguró.

Cuando la clase termino ambos chicos se vieron apurados en salir, era la ultima clase del día y al parecer a Namjoon se le había presentado un problema.

-Hasta luego hyung.- se despidió para después correr sin antes oír a Seokjin despedirse.

-Hasta luego.- habló sabiendo que el otro ya no lo oía.

Sin embargo su caminata fue interrumpida por un chico quien le sonrió de manera sugerente y avanzó hacía él haciéndolo retroceder unos pasos.

-¿Qué tal si actúas para mí en privado y me enseñas lo que puedes hacer? Eh princesa.- insinuó sabiendo que el contrario ya no tenia a donde huir pues la pared detrás de este se lo impedía.

-N-no, ya tengo que irme, te-tengo cosas que hacer.- dijo temeroso bajándolo la mirada y salio por debajo de uno de sus brazos avanzando lo más rápido que pudo.

-¡Siempre vas a ser la princesa de la escuela, Seokjin!.- escucho decir detrás, por lo que sólo pudo apresurarse más, alejándose de todo aquello que le hería.