Celebrate love /Yoonmin (Omegaverse)

Amor a primera vista

La ligera luz de una brillante tarde en primavera, iluminaba una pequeña habitación blanca, sobrepasando cualquier protección interpuesta en los cristales, como rayos esparciéndose en finas líneas por las aberturas que ocasiona la brisa, al golpear las cortinas. El silencio cálido que desprendían dos cuerpos en reposo, uno apoyado sentado, contra el respaldo de una silla acolchada, con la cabeza colgada hacia adelante, en una mala posición que tensaba los músculos del cuello.

Mientras en la camilla reclinable, que contaba con dos barandillas a los lados, para evitar que el paciente rodara y se hiciera daño; se encontraba descansando un Alfa adulto, apenas con una mascarilla de aire, suministrando medicamento después de una cirugía delicada. Aunque por su fuerte naturaleza lobuna, no parecía necesitar cuidados adicionales, es más, a solo 5 horas de la intervención, las marcas de sutura estaban casi desvanecidas.

Ser el Líder de su propia pequeña manada, era un trabajo desgastante, por lo que Yoongi, a puerta de cumplir sus primeros 100 años, no estaba sorprendido o preocupado cuando encontraron, que, a causa de las múltiples peleas en su juventud, exigiéndole a su cuerpo sanar rápido, con una dieta bastante precaria, habían hecho mella en su hígado, aun cuando su vida actualmente era muy hogareña y sana, los años desvelaron problemas acompañados con dolor en la zona. El metabolismo de los cambia-formas de gran tamaño, era bastante exigente, por lo que una rápida extirpación, aseguraría una regeneración, aunque demorada, beneficiosa a largo plazo.

Una dieta alta en vitaminas y reposo por los próximos meses, Yoongi podía hacerlo, pero en ese momento solo empezó a despertarse, realmente confundido, tumbado con fuerza por la anestesia que debió aplicarse, junto con la medicación que seguía respirando constantemente, dejándole un sabor realmente asqueroso en la boca. No sabía dónde estaba, o por qué se encontraba en esa situación, lo más lógico fue quitarse la mascarilla, tratando de erguirse, aun con la incomodidad que lo hizo gemir angustiado, palpando por encima del estómago.

—¿Yoongi? Espera no, alto, alto— sorprendiendolo, un pequeño Omega se abalanzó a un lado de la camilla, mirando el equipo preocupado, para dirigir su atención a él, en una mueca suave de molestia. —La anestesia afecta el hígado, esta fórmula va a ser más fácil que se asimile en tu sistema sin repercusiones, así que recuéstate y quédate quieto hasta que nos digan lo contrario.

El Lobo Alfa aun desorientado, estaba seguro que era el jodido Líder malo y rudo de toda una manada, y aunque no era irracional o violento, no estaba acostumbrado a que le dieran ordenes tan rotundas. Murmurando aun con la lengua pesada como para que se entendieran sus murmullos, obedeció a la cosita peluda, que parecía totalmente convencida, de que cooperaría sin rechistar.

—¿Qué me pasó? — logró formular ahogado por la nebulización, enfocándose en su lindo acompañante. Supuso que debía ser de su Manada, por el cabello esponjoso de color gris, característico de su raza, además de que olía totalmente a todos los Lobos, que se le hacían familiares. Su padre, por ejemplo, ¿Por qué no estaba allí en sus momentos vulnerables?

—Me avisaron que estarías algo mareado y confuso por algunas horas ¿Pero no recuerdas la razón de tu cirugía? Porque no dijeron algo sobre la falta de memoria— el Omega parecía afectado por un nerviosismo ansioso, por la forma en que movía sus piernas, como si controlara la urgencia de ir a conseguir respuestas inmediatas.

—No tengo problemas de memoria, oh bueno depende ¿Nos conocemos de antes? — la mota de pelos, como sintió correcto apodarlo, por verse tan suave a simple vista, esponjoso por la forma en que sus mejillas parecían abultadas, como si constantemente comiera algo, además el desorden de su revoltoso cabello, le recordaba a una.

—Ahhh— sin palabras, el Omega parecía sinceramente afectado, encogiéndose en su lugar, con obvias intenciones de huir.

—Lo siento, no quise decirlo así. La anestesia debió golpearme muy fuerte, porque no olvidaría a alguien tan espectacular como tú— el pequeño cambia-forma se recompuso, con una sonrisa ligera, acompañado de mejillas sonrojadas por la vergüenza.