20 | REAL LIFE

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UNA SEMANA HABÍA PASADO DESDE QUE EL ARTÍCULO QUE LA MOSTRABA A ELLA CON SU EX, ZANE HABIA SALIDO, y dos semanas desde que junto con Tom, su compañero, habían decidido dar un paso más en su amistad y llevar una relación. Melisa estaba encantada con el británico y jamás pensó que iba a conocer a un hombre que pudiera ser tan caballeroso, honesto y caliente a la vez. Siempre había pensado que Hiddleston era un pan de Dios, y ciertamente lo era, estaba pendiente a ella, le fue a comprar toallas femeninas cuando la menstruación llegó, le hizo unas románticas cenas y pasearon a la luz de la luna por el patio de la denominada mansión Hiddleston según Melisa. Pero también le mostró una parte de él que le encantaba: la salvaje. Era espontáneo, tenía la respuesta ideona en cada situación, sencillo y amante del sexo, como ella.

Esta de más asegurar que la química en la pareja es explosiva, Tom sentía que no había conocido a nadie tan comprometida con una relación como Melisa, y ella sentía que estaba completa allí, que al fin alguien quería darle algo más que fiestas, alcohol y sexo. Y eso le gustaba, le agradaba saber que Tom no la veía solo como un pedazo de carne, si no como lo que realmente era, una mujer. —¡Ya basta!— jadeó la castaña cansada de que Tom le robará cucharadas del dulce de leche que estaba sobre la mesa, si seguían a ese paso, el hombre se iba a morir de diabetes y ella se iba a quedar sin el manjar de los dioses que le tenía que poner a las tostadas. —Tom, si me llegó a quedar sin dulce de leche, te mando a Argentina a buscarme más— dijo, Hiddleston río divertido por la situación

—No tendría problema alguno en proveerte de esto...— dijo robando otra cucharada y llevándose a la boca bajo la atenta mirada de Melisa, la cual, sabía para malestar suyo que era la última cucharada del pote. Los ojos del hombre brillaron con burla mientras saboreaba el dulce y se tuvo que mover para atrás cuando Melisa se le lanzó encima intentando (sin éxito) sacarle lo poco que le quedaba de dulce en su posesión.

—¡Ay!— se quejó cuando Tom lo termino, el británico dejo el utensilio sobre la mesa para posar las manos en la cintura de la joven y sentarla en sus piernas, Melisa pasó sus brazos por el cuello de él y disfruto de la cercanía.

—Aun queda algo en los labios — chantajeo el hombre, Melisa río divertida ante eso y sin mucha espera saboreo los labios del mayor, dejando que las manos de este recorrieran con libertad su espalda mientras ella lo besaba.

Ambos rieron entre beso y beso, sabiendo que disfrutaban la compañía del otro y el momento que vivían. Lo bueno es que ninguno esperaba nada del futuro aún, solo disfrutaban el no estar solos y tener sentimientos correspondidos, aquellos que son tan difíciles de encontrar.

Para Melisa y para Tom, el amor parecía lejano de ellos, pero estaba cerca en realidad.












FALL IN LINE - TOM HIDDLESTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora