Make Believe It's Your First Time © ||O. S. Dramione||

Haz creer que es tu primera vez

Al finiquitar la Guerra todo pareció llegar a una relativa calma, cada fin de semana se ostentaba un juicio en el que el trío dorado debía de presentarse para observar los acontecimientos y dar su versión si es que la había.

A Harry no le pareció extraño cuando a principios del año 1999 Hermione anunciaba a la prensa y al mundo mágico su noviazgo con Draco Malfoy. Ya que era de conocimiento público que Malfoy se convirtió en espía de la orden del fénix después de la muerte de Dumbledore.

En mayo de aquel mismo año se dio a lugar el juicio de Malfoy y como parte de su defensa estaba el trío de oro, sin embargo, la mayor parte del mundo mágico pareció estar en contra del joven por todo lo que fue su padre. Se oía el desacuerdo de todos los presentes en el callejón Diagon con la posible libertada de parte. Narcissa Malfoy, quien ya tenía a su marido en Azkaban ahora lloraba por el destino que le podría deparar a su único hijo. Los alegatos y testimonios no convencieron a nadie, por lo que al mago se le dio un año en la prisión.

Draco lo aceptó sin protestar, desde luego que usó las tres maldiciones imperdonables en repetidas ocasiones. Sobre sus hombros cargaba varias muertes y no podía fingir que no ocurrieron por que literalmente aquellos fantasmas le molestaban cada que pisaba la mansión Malfoy. Lo único que pudo hacer fue darle una sonrisa esperanzadora a su novia.

— Estoy embarazada — Le confesó Hermione en cuanto estuvieron juntos en una habitación del ministerio, ya que debían efectuar la despedida para luego refundirlo en la isla. — Tengo un mes...

Ante esas palabras Draco se permitió llorar en los brazos de su novia, jamás hubiera pensado en pasar su paternidad en la cárcel, perderse la etapa más hermosa de una mujer. — Me hubiera estar contigo en todos estos meses.

— Estarás con nosotros, voy a pelear por sacarte de ahí. La orden del fénix hará todo lo posible para conseguir tu libertad. — Seguía abrazándolo.

— No quiero quitarle la poca paz que mi prima logró junto al profesor Remus inmediatamente después de la guerra — La tomó por los hombros y la miró a los ojos — Asesiné a los mortífagos con lo que combatían, yo herí a personas que eran inocentes en la mansión Malfoy. Yo soy un criminal y debo pagar por lo que hice...

— No tenías elección...

— No hay justificación para mis actos, Granger. — tocó el vientre de novia con suavidad — Y tú, se un buen bebé y nos veremos en uno meses... Eres mi esperanza para soportar el año que tengo en la prisión.

— Draco Malfoy, se te acabó el tiempo para los mimos, serás trasladado por el jefe de aurores y más te vale no intentar huir — Un mago les comunicó.

Lo último que la pareja de enamorados hizo fue darse un desesperado beso que era la promesa de volver a verse en 12 meses. Cada día en la prisión era un martirio, él estaba seguro de que en cuanto saliera espantaría a su hijo por el aspecto desmejorado y raquítico que adquiría día con día. Hermione día con día se convirtió en una hermosa mujer con un prominente vientre, sin duda añoraba a su amado, por lo que solía hablarle a su hijo de lo ocurrido al cantarle nanas. No le permitiría olvidar al hombre que le dio la vida, le cantaba sus aventuras junto a sus amigos.

La desgracia llegó a la bruja dos días después del parto, en el mes de enero; su hijo nació dos semanas más tarde de lo previsto, como si esperara que su padre llegara y fue así, el ministerio no tuvo otra elección cuando la heroína de guerra fue raptada de San Mungo y despareció dejando a su hijo en manos de Narcissa Malfoy y Harry Potter.

Draco tuvo que convertirse en padre y madre para su hijo. A la vez junto a Ron y Harry la buscaron por Europa, Asia y Oceanía. Mas no hubo rastro alguno. Hasta que corrieron rumores de que en América había una mujer idéntica a Hermione solo que con otros datos y nomag.