𝘎𝘩𝘰𝘴𝘵!

𝘛𝘸𝘰.

𝘎𝘩𝘰𝘴𝘵!

Sus ojos terminaron captando un sombra con cierta particularidad pues parecía de cierta manera brillar además de que era de un color azul bastante claro.

Su corazón se aceleró y no sabia si era de la impresión o del miedo. Pestañeo inseguro de los que sus ojos habían visto, ya no había nada. Aún así sentía que alguien más se encontraba cerca de él.

Confundido, iba a aventurarse a explorar el lugar pero sintió un escalofrío, se puso nervioso. Nunca antes había vivido un experiencia así. Ignorando todo aquello, continuó caminando hacia donde pareció a ver visto algo.

Estaba cerca de unos arbustos, adentrándose a un pequeño bosque. Estaba a nada de ver que había del otro lado cuando sintió que se caía.

Despertó estrepitosamente, se había caído de la cama. Adormilado, se levantó, estirandose al instante.

No sabia porque había soñado eso aunque era muy consciente de que la mayor parte de su sueño en realidad era un recuerdo pues eso había sucedido tan solo un par de horas atrás.

Sin tomarle mucha importancia, descendió a su cocina. Pensaba en preparase unos huevos con Bacon y luego seguir con la construcción de su casa. Claro, si el tontito de Rubén no pasaba a distraerlo.

[...]

Miró con orgullo la habitación que acababa de terminar, aún no sabía para que la iba a utilizar pero eso poco le importaba en ese momento.

Cansado, decidió tomar una ducha para relajarse y quitarse toda la suciedad que llevaba encima. Antes de ingresar a su casa, miro todo Karmaland desde su privilegiada estancia.

Sonrió, al ver que ya estaba anocheciendo y todo el pueblo ya estaba iluminado. Con esas hermosas vistas iba a continuar sus planeadas actividades cuando por su mente paso la imagen de cierto castaño.

Inconscientemente y de manera leve sonrió, pero segundos después aquella sonrisa se esfumó. En todo el día aquel desastroso e ilegal chico no había hecho acto de presencia por su casa, ni le había escrito.

Un poco extrañado y de cierta manera hasta triste pensó que quizá el osito se encontraba ocupado y no requería de su ayuda.

Y aún con esos pensamientos, sentía que esa no era la verdadera razón. Algo no le convencía pero decidió dejarlo pasar.

Sin más continuó hacia el interior de su casa y se dirigió a su habitación, específicamente a su baño. Antes de quitarse todas sus prendas decidió ir a por una toalla nueva a su armario.

Al regresar, ingresó sin más a ese apartado de su habitación y se desnudó. Vivía solo por lo que no le preocupo el cerrar la puerta, después de todo nadie iba a verlo. O eso creía...