Oleada | MJ ASTRO

Parte 1

Él era conocido como una persona alegre, alguien energético que animaba el ambiente y hacía reír a todos por su personalidad burbujeante. Pero en el regreso a clases de ese año, no parecía el mismo. Ya no se le veía sonriente y feliz como siempre, Haerin pudo notarlo. Todos en la escuela notaron el cambio en él, desde la trágica muerte de su madre en el misterioso tsunami.

Un día a principios de las vacaciones, Myungjun y sus padres planearon una salida a la playa para acampar y disfrutar, después de mucho tiempo en que no habían dedicado tiempo a aprovechar el vivir en una ciudad costera. Estaban a punto de concluir la ocasión después de pasarla bien, e irse, pero mientras arreglaban sus cosas para marcharse el agua comenzó a retroceder mar adentro, hasta que estuvo claro que una gran ola se avecinaba a tierra. Todos los que se encontraban en la costa corrieron y algunos se quedaron pasmados, pero la familia se tomó de las manos y cuán rápido pudieron se alejaron. Sin embargo, no alcanzaron ninguna clase de refugio a tiempo y el agua estampó contra ellos, forzándolos a separarse.

Por cómo sucedió es que fue considerado misterioso, pues los científicos no lograron entender qué ocasionó el tsunami, ya que no hubo algún terremoto que lo pudiera causar ni nada parecido. Además de eso, el agua únicamente se alzó en una zona limitada de la costa, en poca cantidad y fuerza o velocidad. Comparado a ocasiones anteriores en la historia, había sido solo una gran ola, no que digamos una gigantesca y no más de una. Solo hubo tres muertos, algunos heridos, inundación en una zona de la ciudad, ciertos hogares e instalaciones afectados, y repercusiones económicas no tan graves. Eran pocas consecuencias para ser un tsunami, pero mucho para Myungjun, pues le arrebató a su madre. Cuando se puso a salvo buscó a su padre y tardó en encontrarlo, para entonces buscar juntos a su madre. No tuvieron suerte con ello, ni noticias sobre ella, en lo que fue demasiado tiempo para él, hasta que finalmente fueron informados de que habían identificado su cuerpo. Todo cambió desde ese momento.

Le rompió el corazón ir a corroborar que no fuera ella, que no fuera ella, que no fuera ella... Pero lo era, aunque no quisiera aceptarlo. No se imaginaba que esos bellos momentos en la playa serían los últimos, ni que la perdería tan pronto. Pensaba que tendría mucho más tiempo con ella, pero el universo fue cruel y se la quitó. Solía ver y enfrentar al mundo con optimismo, pero esa pérdida hizo que ya no pudiera más que ver todo gris. Ya no vería el mar con un buen sentimiento, sino con odio. Lloró como nunca lo había hecho, y pasó todas las vacaciones encerrado en su dolor.

Cuando regresó al instituto, toda la primera semana apenas dijo una palabra, y todos lo miraban con pena, lo cual odiaba. Lo último que quería después de la muerte de su madre era regresar a la escuela. Pero al séptimo día de volver a asistir, MJ encontró a una compañera llorando en un rincón, y aunque no había manera de comparar tristezas, ella también lo estaba y él no fue capaz de ignorarlo.

Haerin y Myungjun no eran amigos cercanos, no se conocían tan bien. Iban en diferentes salones, así que no habían tenido tantas oportunidades de llevarse mal o bien. Ambos eran conocidos en el instituto, así que por supuesto que se reconocían y sabían ciertas cosas que los distinguían, cosas que todos sabían. Ella era popular porque era de una familia adinerada, aunque no por ser de las más bonitas. Se solía decir entre los estudiantes que físicamente no tenía mucho de especial; su belleza era considerada "común" pero su familia no, así que le tocaba cuidarse de muchas amistades hipócritas. Ella ya estaba acostumbrada a eso. Se esforzaba por demostrar y llevar a cabo bien sus capacidades, para que no se dijese que tenía las cosas fáciles por haber nacido con una cuchara de plata en la boca. El grupo de amigas cercanas que había elegido era uno al que realmente le tenía confianza, cansada de la hipocresía. No le interesaba aun tener una relación amorosa, para enfocarse en sus estudios. Porque, así como sus amistades, sus pretendientes también le daban desconfianza de poder estar simplemente interesados en el dinero de sus padres y no en ella, y porque, a causa de la presión de sus padres y otros detalles, tenía cierto nivel de inseguridad en sí misma que nadie adivinaría a simple vista. No quería iniciar una relación, sin estar segura de ella misma y de muchos aspectos. Simplemente no estaba lista, y ese último punto era realmente el problema que la agobiaba, por lo que, durante el descanso entre clases, se escapó de sus amigas para refugiarse en un rincón, y llorar por las noticias que había recibido de sus padres esa mañana.