La primera vez que se encontraron en la biblioteca, fue un encuentro pasivo. Ninguna de las dos se miro más de lo necesario y, sonriéndose mutuamente, con nerviosismo una y con vergüenza la otra, separaron sus caminos entre los grandes pasillos que eran formados por anaqueles de libros interminables, tan semejante a un laberinto de recovecos inexplorados. Akko tomo camino hacia el ala Sur de la biblioteca, en busca de un libro de numerologia mágica, que le permitiría rendir de forma suficiente el próximo examen que se le avecinaba, en cambio Diana, estaba allí más por diversión que por otra cosa. Amante de los libros había sido desde muy pequeña y aquello le había ayudado a surgir como una mente brillante con el pasar de los años, y esas costumbres no se perdían. Por lo que ahora, bañada por la cálida luz dorada que entraba por los inmensos ventanales del edificio, ella tomaba rumbo al ala Oeste de la biblioteca, deslizando sus dedos sobre las aterciopeladas coberturas que protegían las paginas secretas de los libros, y donde se detuvo, una vez su mirada puedo descansar detrás del cristal de la ventana más próxima a ella, contemplando el atardecer por un pequeño momento efímero, que se vio interrumpido cuando ciertos pasos se escabulleron detrás de ella. Al voltear, no fue difícil distinguir la figura de Akko siendo alumbrada por el sol. Aquella le sonrió con algo más que vergüenza.
- Que bueno que te encuentro, Diana.
La susodicha se dio media vuelta para encarar de forma cortes a su compañera. Mientras se acercaba a escasos centímetros, Akko también avanzo.
- ¿Sucede algo?, ¿necesitas ayuda?.
- Algo así. Estaba tratando de buscar el tomo de numerologia mágica que nos recomendó la maestra, pero... O ya los pidieron todos o no lo encuentro, ¿crees que podrías ayudarme?.
- No veo el inconveniente, sígueme Akko.
Tenebroso; ya recordaba Akko por que no había querido venir sola a este lugar desde un comienzo. Poco después, Diana se detuvo y con un dedo apoyado en su barbilla, reviso con sus encandiladores ojos azules, cada libro que en el estante ultimo estuviese. Por supuesto, si es que Akko tenia razón, no hallo el libro que buscaba, pero si uno muy similar que podría ayudarle, solo en el caso de que Akko supiera entender el lenguaje de las estrellas, cosa que de verdad dudaba, pero que de igual forma retiro de su lugar y se lo dio en las manos.
- Es cierto que ya no están los libros de numerologia mágica, pero este podrá ayudar.
- Gracias, Diana.
- El único problema es que esta en lenguaje de las estrellas..
Y tal como se lo había entregado en las manos a la joven asiática, Diana se aprovechó de esto para abrir el ejemplar y mostrar sus letras, que se asemejaban a símcon diferente número de puntas. Para Akko esto fue reducir sus esperanzas a cero. Ciertamente, ella era muy ávida a la hora de aprender idiomas, pero ¿El lenguajeestrellas? Eso estaba a otro nivel, fuera de este mundo. Con ello, soltó un suspiro pesado y así obtuvo una mirada solidaria de Diana, quien le dijo que no se preocupoella sabía y entendía el lenguaje estelar sin ningún problema.
- Así que puedo ayudarte a traducirlo... ¿Te parece si estudiamos juntas?
- ¿Me lo dices en serio? Porque no puedes retractarte luego.
La joven británica sonrió amable y empezó la marcha de vuelta a las mesas dentro de la biblioteca. Al llegar allí, tomaron asiento una al lado de la otra, y Diana abrióprimera página, comenzando a leer con la voz lo suficientemente alta como para que su acompañante la escuchara, pero que a su vez, no lograra incomodar a sus dcompañeras que podrían estar en ese mismo momento estudiando. Akko se concentró demasiado en ello, o demasiado en ella.
De pronto, sus oídos escuchaban con extrema atención la voz suave de su interlocutora, moviendo sus labios a un ritmo pausado y armonioso. Sin embargo, a veces, perdía elhorizonte, y esa luz dorada que se colaba por los inmensos ventanales y que iluminaban el maravilloso ser de Diana, la desconcentraba a tal punto, que su voz enmudecía y todo loque veía a su alrededor eran polvos de oro que flotaban en el aire, danzando, bailando. Akko tuvo que sacudir su cabeza varias veces para mitigar esa creciente ensoñación, mientras Diana se incomodaba, pensando en que tal vez estaba aburriendo a su compañera. Aun así, siempre siguió adelante, hasta que Akko repitió ese gesto por quinta vez, endonde sus inseguridades crecieron y se frenó en seco para saber qué es lo que pasaba con la asiática. Akko también volvió a la tierra, después de que la voz de Diana desapareció
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Diakko memes y imágenes <3
HumorUnos memes bien chingones(?, alv yo se que te encanta el Diakko, mira aunque sea un meme ahre Tamos pal diakko uwu