¿Nono? Si, ese Jeno era muy querido.
Aunque ni él recuerda esas épocas. ¿Cómo recordarlo? Apenas tenía 5 años cuando sus padres fallecieron.
Las únicas personas que siguen hablando con ese Jeno eran dos chicos extranjeros.
Uno mayor que él por sólo un mes y uno menor que él por un año.
Los tres se conocían desde pequeños, ya que ambos chinos eran muy cercanos, por lo que los amigos de Renjun eran amigos de chenle y viceversa.
A Jeno le bastaba con sólo tener a esos dos como amigos, porque podía ser como en verdad era y se sentía más que cómodo.
Cuando sus padres murieron, lo llevaron a un orfanato que, por cierto, no estaba tan alejada de las casas de Renjun y Chenle, por lo que de vez en cuando iban a verlo en compañía de la madre del menor; kim BoAh.
Normalmente Jeno escalaba por las rejas del orfanato para así salir a tomar un helado, comer y hasta ir a jugar videojuegos a la casa de Chenle.
Nunca nadie se dio cuenta de eso, por lo que si seguía pasando desapercibido todo estaría bien.
Todo estaba bien si esos chinos continuaban buscandolo todos los días.
Todo estaba bien si no lo atrapaban mientras trepaba por la reja.
Todo estaba bien.
Y todo estaría bien.