Hangar 18 (segunda parte)

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Sintió que sus piernas se aflojaban. No sabía para dónde mirar, a cada paso que daba, sus ojos se abrían aún más, su asombró crecía exponencialmente y sintió muchas nauseas. El coronel la sostuvo para que no cayera:

-Señorita Neila ¿Se encuentra bien?-pregunto preocupado.

-Sí, si-dijo tragando saliva-¿Qué hacen en este hangar? ¿No entiendo para que me necesitan?-preguntó anodadada.

-Se que es mucha información visual repentina.-comento-lo que usted está viendo es real. Son alienígenas que llegaron a nuestro planeta. No sabemos cómo nos ubicaron, o si nos vienen visitando con regularidad, pero si estamos seguros que quieren destruirnos-afirmo.

Lo que Neila podía observar era una larga fila de camillas, enormes recipientes incluso jaulas con diferentes tipos de extraterrestres que estaban siendo sometidos a los más diversos y crueles experimentos que pudieran existir. Los gritos de dolor podían entenderse a pesar de que fueran viajeros de otros planetas.

-¡¿Cómo pueden ser tan inhumanos?! ¿Por qué los tratan así? ¡¿Ellos están sufriendo mucho?!-sollozó retrocediendo a punto de desmayarse.

-Tiene que entender que ingresaron a nuestro planeta, con aeronaves muy avanzadas y arsenal que podría destruir nuestro país en un abrir y cerrar de ojos. Vamos a realizar cualquier acción para que cooperen y nos informen sus verdaderas intenciones, así tengamos que aplicar estos métodos poco ortodoxos-explicó con enojo.

-¿Pero es necesario tan aberrantes métodos para obtener información? Tal vez ni siquiera sepan que es lo que ustedes quieren-dijo con tristeza.

-Entiendo su posición pero aquí protegemos a nuestros ciudadanos ante el ataque inminente de cualquier alien. Es para preservar nuestra especie. Si tiene algún inconveniente, la invito a salir del proyecto, pero va a tener que atenerse a las consecuencias-amenazó. Neila respiro profundamente y asintió con la cabeza. Después de una fila interminable de métodos de experimentación y tortura, se encontraba otra puerta con acceso restringido. No podía imaginar que habría allí, después de lo que había visto que necesitara otra clave de ingreso. Al abrirse la compuerta entendió perfectamente él porque de tanta seguridad. Había en esta parte del hangar una decena de aeronaves espaciales de las más variadas formas y tamaños, la geometría de su diseño era incomprensible para cualquier humano que la viera, era obviamente creación de otra especie que no era de este planeta. El coronel la detuvo y le explicó:

-Cómo se habrá dado cuenta, estás aeronaves pertenecen a los alienígenas que vimos en el otro sector. Algunas llevan más de cincuenta años aquí. En el transcurso de estos últimos años hemos avanzado muy poco. Solo hemos conseguido de las primeras que llegaron aquí, extraer la tecnología que sirve para que las aeronaves sean indetectables a los radares. Pero no hemos podido activar sus escudos y aún menos sus armas. Ni siquiera pudimos hacerlas despegar.

-Entiendo-dijo Neila- supongo que necesitan mi experiencia en ingeniería para ver si puedo hacer algo.

-Así es. Le voy a pedir que comience con la que cayó aquí en los años cincuenta, es en la cual más hemos avanzado, es la que está aquí-indico con su dedo- la de al lado la capturamos hace unos diez años y ni siquiera pudimos ingresar-dijo fastidioso.

-Muy bien le tendré un informe al final del día. Espero poder hacerla despegar hoy mismo.

-Eso sería increíble, pero me conformo que por lo menos logre encenderla.

-Cuente con ello-respondió con seguridad. El coronel le presento a su equipo y se retiró. Neila pudo notar que el sector contaba con cámaras y estaba fuertemente vigilado. Le pidió a todos los miembros de su equipo que ingresaran a la nave que ella iba a indicarles desde afuera que instrumentos presionar, pensaba realizar una observación por fuera antes de comenzar con su diagnóstico de la aeronave. Una vez dentro cerró la puerta detrás de ellos y rápidamente se dirigió sin que nadie la observara a la aeronave que hacía diez años había sido capturada. Abrió su portafolio, saco un entraño objeto esférico y lo inserto en una cavidad que solo se hizo visible cuando acerco el objeto. Dijo unas extrañas palabras entonces la puerta se abrió. Ingreso velozmente a la cabina de mando y activo la consola de la nave también utilizando su voz. Una extraña silla apareció, al sentarse todas las luces se encendieron y la aeronave comenzó a temblar. Estaba sujeta por una fuerte estructura metálica que cedió en el instante que la nave comenzó a flotar. Las alarmas del hangar comenzaron a sonar y el sector bajo unas pesadas cortinas de hierro que cerraron herméticamente el lugar. Sin perder un segundo, Neila activo las armas de la aeronave y destruyó la puerta que daba acceso a la otra parte del hangar donde se encontraban los alienígenas. Los soldados disparaban sus más avanzadas armas, pero el escudo de la nave era impenetrable. Sin dudarlo, Neila activo las armas secundarias y disparó unos proyectiles invisibles al ojo humano pero aún más letal que cualquier arma que tuvieran los soldados. Con el arma principal activada apunto a la otra puerta herméticamente cerrada y la hizo trizas, sin siquiera hacer un rasguño a los extraterrestres que estaban en el sector. El arma parecía violar todas las leyes de la física, era inaudible, e invisible. Una vez segura de haber acabado con cada amenaza del hangar 18, Neila bajo de la aeronave y liberó a cada uno de los alienígenas. Se acercó a uno de ellos:

-Estoy más que agradecido por lo que hiciste hoy-dijo un alien en idioma incomprensible por las personas.

-No es nada padre, disculpa que haya tardado tanto, es que conseguir que me transfirieran aquí fue muy difícil y aún más pasar las pruebas que me dieran autorización para ingresar a este hangar.

-¡Maldita alien! ¡Sabía que venían a colonizarnos! ¡Voy a matarlos a todos!-dijo encolerizado el coronel Bentley que apenas podía moverse.

-Voy a hablar en tu idioma para que me entiendas-dijo Neila agachándose para mirarlo cara a cara.

-¡¿Qué vas a decirme!? ¡Mentiras nada más! ¡En un instante este hangar estará repleto de militares!

-Te voy a decir tres cosas así que oye bien:

Primero, no van a poder entrar porque extendí el escudo a la totalidad de la base, va a estar activo hasta que nos vayamos. Segundo no pensamos invadir su planeta, sino todo lo contrario, hemos venido diferentes razas de alienígenas a invitarlos a conocer el universo luego de que supimos que habían llegado a desarrollar la teoría de la relatividad y tercero hemos proyectado a todos sus sistemas de radio y televisión lo que pasó aquí desde que ingresé para que sepan que ustedes son los culpables de que todo el planeta sea excluido de pertenecer a la liga galáctica, por cierto, es así como llamamos al grupo de planetas que comparten sus conocimientos en este universo.

-¡Estas mintiendo! ¡Vamos a matarlos a todos malditos alienígenas!

- No es necesario, ya nos vamos, no volveremos en mucho tiempo. Y por cierto, no contrates a una mujer llamada Neila para activar naves extraterrestres.

-Neila se arrancó su gafete y lo arrojó al lado del teniente, al reflejarse en un vidrio roto el militar se dio cuenta de su estupidez. Neila al revés se lee alien.

FIN.

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⏰ Last updated: Feb 07, 2020 ⏰

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