Cómo en todas las grandes y lujosas ciudades siempre hay callejones oscuros y sucios dónde habitan los mejores personajes, de las mejores historias.
En uno de eso estrechos lares, se encontraba una adolescente llamada Zara Craush, cansada de su angustiosa vida. Mas no lloraba, ni se quejaba. Tenía ojos cansados, como desgastados por lágrimas antiguas.
Tirada en el frío suelo miró a su alrededor, entre papel higiénico usado, condones repletos de esperma y frascos de pastillas vacíos y sin etiquetas por la constante manipulación; encontró un espejo roto. Lo tomó y miró su reflejo desfigurado. Rompió el espejo en pedazos minúsculos, para tomar un retazo de vidrio.
Así sin lágrimas ni remordimiento se abría las venas.
¿Qué estaría pensando en ese momento?
Probablemente nada.
La sangre se abría paso rápidamente entre los escombros, se regaba o estancada en algunos baches.
No sentía, su vista estaba nublada. Alguien de la nada se acerca. Pensó que tenía muy mala suerte porque no era dueña de su propia muerte. Tal vez aquella persona llamaría a una ambulancia y esta justo a tiempo la salva.
¿Salvarla?
Qué ironía, ella no necesitaba este mundo.
Probablemente en alguna parte del universo, una persona pide y ruega a gritos por su vida, mas no era escuchado.
Esa figura extraña se acercaba sin hacer ruido.
-¿Quién será?- Se preguntaba con curiosidad.
-Vaya, vaya-
Dijo la sombra. Zara no se movía. Lo único que faltaba era que algún drogadicto la compadeciera.
-Ya estás al punto de morir, chica. ¿Dime, qué es lo que más deseas?-
Sin pensar, de su boca salieron unas palabras que en ese momento no tenían ningún sentido.
-Lo quiero todo-
La figura se acercó un poco y volvió a preguntarle:
-¿A que te refieres con todo?-
Zara cansada y sin saber por qué respondió con voz temblorosa:
-A todo. Riqueza, fama, poder, amor, salud, conocimiento. Lo quiero todo de todo-
La sombra río. Se alejó por un momento y continuó:
-¡Qué ambiciosa eres! Está bien. Te daré lo que deseas. No será tan fácil. A cambio debes darme algo-
-¿Cómo! ¡Qué quieres a cambio?- Dijo la joven a punto de desvanecer.
-Me darás lo que más aprecias-
Dicho esto la figura desapareció en el aire e increíblemente la herida hecha por el espejo no estaba. La joven se encontraba impecable.
Sorprendida se dirige hacia su casa. Cuanto estuvo frente a esta la miró con desprecio, puso su mano en la manija para abrir la puerta y sintió un escalofrío.
"Lo qué más aprecias"
Pensó.
¿Será qué le quitaron su familia?
Sin embargo, sonrió. Sería mejor, ni su alcohólica madre ni su pervertido padrastro merecen vivir de su éxito. Abrió segura la puerta. Ah, allí los encontró. Uno tirado en el sofá y de la otra ni rastro. Obviamente su familia no era lo que la sombra quería, río al pensarlo.
Se preocupó por su alcancía, tenía lo suficiente para pagar su universidad. Revisó en el escondite.
-Ah.- se dijo. -Si voy a ser rica no necesito esto.-La angustia rondaba su cuerpo, se apoderó de ella. Comenzó a temerle a lo que más apreciaba.
-¿Qué será?¿Qué será?-
Constantemente se preguntaba.
Comenzó a hacer falsas adoraciones a objetos por tal de saldar de la maldita deuda.
El tiempo pasó se volvió rica, famosa, bella y poderosa. A tal punto que era imprescindible para el mundo. Tuvo hijos, cuatro para ser exactos, con un hombre que llamaba el amor de su vida.
Oh si. Ella era grandiosa. Todo lo tenía a su disposición.
Cuando comenzaba a disfrutar de toda su fortuna la sombra apareció.
-Lamento informarte que te vengo a quitar lo que más aprecias-
La joven (que por muy bella el tiempo inevitablementedesgasta la piel) abrió los ojos tanto que se le veían con claridad las venas.
Desesperada lloró por sus hijos. Pero eso no era. Entonces pensó en su fortuna y poder. Tampoco. ¿Su esposo? Menos.
-¡Entonces qué es! ¿Qué es lo que más aprecio?- Gritó angustiada.
Se dio cuenta, cerró fuertemente los ojos y se río de si misma. Que tonta, todos estos años sin saberlo era por algo.
La sombra sonrió y acercaba su gélido cuerpo lentamente, mientras esta suplicaba y rogaba.
Horas más tarde. En las noticias:
La exitosa empresaria Zara Craush se halló muerta en uno de los callejones de la ciudad. Según la nota oficial se suicidó con un vidrio de espejo. La ambulancia no pudo llegar a tiempo. Aún no se sabe el motivo de su deceso al no dejar ninguna nota o aclaración. Sentimos la ausencia de esta gran mujer.
A continuación daremos a conocer los deportes...¿Lograste saber qué era lo que más apreciaba?

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Mister / ThrillerUna joven desesperada sin motivación alguna se encuentra con una situación que le cambiará la vida. Historia para pensar.