𝕔𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝕦𝕟𝕠

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Jimin se encontraba manejando hacia la casa de Jungkook, su novio, no sr habían visto desde hace dos semanas, ya que el menor de ellos tenía exámenes finales y el mayor había estado muy ocupado en su trabajo.

Mientras manejaba iba escuchando una canción por la radio, cantaba entusiasmadamente ya que luego de bastante tiempo vería de nuevo a su lindo conejito, como solía llamarle a su novio. Pasaron algunos minutos hasta que por fin llegó a la casa que el menor compartía con sus padres, se estacionó en frente de esta y bajó del auto cerrando la puerta tras él, caminó hacia la entrada y tocó el timbre, este soltó un sonido ya algo conocido para él, unos segundos luego el menor de los Jeon abrió con una sonrisa en su rostro.

— Hola, Jimin hyung. — dijo con aquella sonrisa característica de él en sus labios, la cual fue borrada cuando su novio se acercó para darle un beso, se movió para abrazarlo y así evitar el contacto de labios.

Jimin suspiró, creía que luego de un tiempo sin verse Jungkook lo recibiría con un tierno beso, esos que le encantaba que el menor le diera, pero no fue así, y en cierto modo se lo esperaba, ya que el chico no lo besaba a menos de que estuvieran a solas, lo único que pudo hacer fue abrazarlo de vuelta.

—  Hola conejito, ¿Nos vamos? — sonrío levemente una vez se separó del abrazo, el contrario asintió y se rehusó a tomar la mano de este, el mayor simplemente lo guió al auto y abrió la puerta para él, como ya era costumbre.

Luego de esto Jimin subió por el otro lado, poniéndose el cinturón de seguridad una vez estuvo sentado, encendió el auto y comenzó a conducir. 

— ¿Qué tal has estado? ¿Cómo te fué en los exámenes? — habló tratando de entablar una conversación con su novio.

— Bien, la verdad creí que estarían más difíciles pero no, supongo que estudiar sirvió de algo. — rió levemente, esta risa fue acompañada por la del contrario. — ¿Y a ti qué tal te fue en el trabajo? ¿Terminaste tus pendientes? ¿Comiste bien? — dijo esto último algo preocupado.

Porque si, Jungkook se preocupaba porque su novio no comiera adecuadamente y en buen tiempo.

El mayor no pudo evitar sonreír, adoraba aquellas veces en las que el menor le hacía preguntas sobre su salud como si fuera su madre.

— Terminé todo, así que estaré libre por unos días, y si, recordé que dijiste que no te gustaba que no comiera o lo hiciera muy tarde y de mala forma, así que traté de hacerlo bien para que estuvieras feliz. — lo miró de reojo con una sonrisita en sus labios.

— Muy bien, así me gusta, hyungnnie. — habló con aquella dulce voz que poseía, le robó un besito a Jimin en la mejilla y este se sintió a morir con ese rápido roce.

— Si me darás besitos cada vez que coma bien, lo haré más seguido. —

El menor negó con la cabeza riendo. Pasaron los minutos y por fin llegaron a ese restaurante al que iban a comer de vez en cuando, a ambos les gustaba y tenía un ambiente tranquilo, así que iban allí.

Ambos bajaron del auto, una vez afuera, Jimin trató de tomar la mano de Jungkook, pero este fingió acomodar un mechón de su cabello para evitar que lo hiciera, el mayor sólo se resignó a suspirar, caminaron adentrándose al lugar, buscaron una mesa y se sentaron en esta.

Ambos estaban en silencio, ninguno decía ni una sola palabra, se  distraían '' leyendo el menú ''.

— ¿Sabes qué pedirás? — rompió aquel silencio el mayor de los chicos.

— Lo mismo de siempre, supongo. — se encogió de hombros y desvío la mirada.

Jimin asintió levemente y cuando el mesero llegó a tomar su pedido, este ordenó su comida y la de Jungkook, luego de que el chico lo anotara, hizo una venia y se retiró.

— Jungkook... — comenzó a hablar el mayor de ambos.

— ¿Qué sucede, hyung? — preguntó a pesar de que ya sabía lo que el contrario diría.

— ¿Hablaste con tus padres ya? — lo miró atentamente.

Jungkook negó con la cabeza algo apenado. — No... Lo siento Jimin, sé que dije que lo haría pero... — fue interrumpido por el antes mencionado.

— Pero es difícil, lo sé, es lo que dices siempre, y ahora me dirás '' Lo haré pronto. '' Pero ese pronto nunca llega, Jungkook. — trató de ocultar la frustración de sus palabras pero le fue imposible.

— Jiminnie, lo sé, sé que estás cansado de esto... Pero tú mismo lo has dicho, es difícil. No creo que ni ellos ni yo estén listos para eso. — Notó el tono de voz del contrario y sólo hizo que bajara más su mirada algo triste.

Jimin suspiró, no quería discutir con su novio, menos ahora que no se habían visto y no habían convivido.

Al ver que no obtuvo respuesta, Jungkook volvió a hablar. — Te lo recompensaré con muchos besitos, y mimitos... ¿Qué te parece? — miró a Jimin con sus ojitos brillantes y una tierna sonrisa.

Jimin asintió con una leve sonrisa igual, no podía ante los encantos de su lindo novio, además de que no podía negarse ante los cariños de su chico.

Mientras esperaban la comida hablaron sobre esas largas dos semanas que parecieron una eternidad sin verse, hablaron sobre lo que hicieron y lo mucho que ambos se extrañaron, luego de unos minutos la comida por fin llegó.

— Gracias. — dijo Jungkook sonriendo al mesero, quien asintió dejando los platos en la mesa y retirándose.

— Provecho, lindo conejito. — dijo Jimin al castaño.

— Provecho, Jiminnie. — sonrió el menor, ambos comenzaron a comer en silencio.

Cuando ambos terminaron de comer, Jimin pagó lo que correspondía a la cuenta, dejó propina para el mesero y se levantó de la mesa junto con Jungkook, regresaron al auto, subieron y nuevamente Jimin comenzó a conducir.

— ¿Vamos a mi casa, Jungkookie? — miró espectante al chico de cabellos castaños.

— Sipi, debo cumplir mi palabra de darle mimitos a mi lindo hyung. — dijo con ternura, lo cual provocó un pequeño paro en el corazón de Jimin, asintió y continuó manejando.

Unos 10 minutos después ya se encontraban afuera de la casa del mayor de la pareja, el cual estaba abriendo la puerta, una vez pudo hacer esto ambos entraron, en cuanto estuvieron adentro Jungkook corrió hacia el sofá del mayor dejándose caer en este.

— Ven, amor, ven que Jungkookie te dará mimos. — una tierna voz pronunció estas palabras.

Jimin amaba con locura cuando Jungkook se comportaba así, lo único que no le gustaba era que sólo hiciera eso cuando estaban sólos, pero se conformaba con eso.

El mayor fue a paso rápido para ir a sentarse junto con su bonito chico, el cual lo rodeó con sus brazos comenzando a esparcir besitos por todo su rostro, Jimin tenía una linda sonrisa en su rostro, la cual causaba que sus ojos se achinaran.

— Te amo, conejito. ~ — susurró Jimin mientras Jungkook daba sus labios repetidas veces en sus labios. —

— Yo también te amo, Jiminnie, mucho, mucho. ~ — dio un dulce beso en los labios del contrario.

El mayor correspondió a aquel beso gustoso, mientras una de sus manos acariciaba el cabello el menor.



> Mil siento noventa y ocho palabras llenas de jikook. <

~ SARA ~


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