❛ꕥ introduction¡!. °

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Iba tarde.

Pero bien, ¿acaso era realmente extraño en él? Ni siquiera debería sorprenderle como lo hacía en esos momentos. Es un lunes y JungKook ya cree que su semana no puede ser peor porque va al menos unos cuarenta minutos tarde a su primera clase y, ¿debería entrar? Vamos, que la maestra de matemáticas le dedicaría en definitiva alguna de sus miradas profundas; esas mismas en las cuales el castaño cree que la mayor está inventando algunas mil maneras de hacer que repruebe su materia en los pensamientos.

Ah, que buen comienzo de semana, sí.

Al final termina por optar en quedarse los restantes veinte minutos que le faltan a la clase para llegar a su fin en uno de los pasillos desolados del instituto y quedarse pensando en cualquier cosa que de repente se le cruce por la mente mientras disfruta de una de las salchichas suaves que ha guardado en suposición para su receso de media mañana. Claro, supuestamente porque ahora la mitad se encuentra en su estómago hambriento.

Mmh — balbucea con sus labios delgados teñidos en cereza dulce, con el palillo de la comida ingerida colgando de sus dientes blancos mientras se levanta del asiento improvisado en el suelo de los pasillos y comienza a caminar a la par en que suena el timbre del segundo inicio de hora.

Mientras se dirige al salón de su siguiente clase, JungKook puede observar el millar de pancartas y carteles pequeños de tonalidades coloridas que los mismos estudiantes se han encargado de regar por el instituto en su totalidad con mensajes alusivos al famoso día de San Valentín que se acerca; es lunes y no quedan si no seis días más para que todos los enamorados −y amistades, no se olviden de las amistades− puedan disfrutar de chocolates y besos dulzones acompañados de abrazos cálidos en un atardecer de película en donde los anaranjados se mezclan en sintonía con una amarillento teñido en violáceo.

Ah, dulce, dulce San Valentín...

JungKook pasa por los pasillos concurridos, con su bolso colgando del hombro derecho de manera desinteresada, avanzando entre pasos sosegados porque su ánimo con respecto a la fecha festiva cercana es más bajo a niveles extraordinarios que el de las demás personas que parecen corretear a sus costados con lazos e imágenes románticas para seguir decorando a través de las vitrinas colgadas en las paredes de los corredores.

Continúa su camino simplemente, cobijando sus manos en los bolsillos de la chaqueta que lleva entre tonalidades salmón levemente sonrosadas que es delineada en la parte de abajo por un borde de tela gruesa en color negro que va en conjunto con los pantalones oscuros que lleva en sus extremidades inferiores, algunas fracciones de los tejidos rotos sobre sus muslos permitiendo entrever el río de piel pálida que se asoma por las fisuras.

Un cinturón ciñe los bordes superiores del pantalón y cualquiera que fije su mirada curiosa sobre los costados en el cuerpo de JungKook podría percibir las curvas onduladas que yacen por el área de su cintura delgada comprimida por las prendas. Debajo de la chaqueta colorida lleva una camisa básica en color blanco que tiene algunos detalles rasgados por la zona del cuello; y si asciendes unos pequeños centímetros más puedes observar la manzana de Adán que se esconde bajo su cuello ornamentado por una gargantilla ajustada al contorno de la piel lívida que nace sobre esa fracción de su anatomía y que deletrea en tonalidades doradas un corto apodo bonito con el que ha sido catalogado por sus amistades más cercanas, e incluso algunas otras pocas personas pertenecientes a su árbol genealógico.

Cuando llega a la zona de casilleros encuentra rápidamente el propio por las pegatinas coloridas con las que ha adornado la superficie de la puerta de metal que priva sus posesiones del resto de las personas. Saca algunos libros y se dedica una mirada rápida en el espejo que ha colgado al fondo del espacio reducido para verificar la apariencia de par de pequeños rollos en los que ha acomodado su cabello castaño para ese día; con algunos mechones largos cayendo a los costados de su bonito rostro encabezado por dos luceros brillantes a los que parece envidiar el cielo porque el sol es sólo una estrella de tamaño diminuto en comparación con la luz desprendida de sus pupilas confinadas por una aureola derretida en chocolate.

Sus pómulos altos parecen un par de manzanas frescas y jugosas, bañados entre una lluvia primaveral impregnando un tono rosáceo sobre su piel pálida que rima con el cereza teñido sobre sus labios delgados, el inferior ornamentado por una argolla platino ciñéndose al perímetro de su boca carnosa. Lleva algunos aros de metal en su oreja derecha, mientras que en la contraria hay un pendiente largo en cascada de colores plateados brillantes y algunas piedrecillas cobalto adornando la extensión del zarcillo.

Luego de unos minutos, tras cerrar el casillero con sus pertenencias y caminar entre los pasillos hasta llegar al salón de su próxima clase, se sienta en su puesto asignado, sacando algunos cuadernos que sabe se van a utilizar en la asignatura. Y cualquiera podría pensar que era un muchacho de personalidad callada −él les daba la razón en ese punto, tal vez el único de todos−, con matices de ira tiñendo incluso su actitud, alguien que busca pleitos en donde no los hay e incluso asocial, repelente de la sociedad; pero en realidad es sólo un joven que espera a la maestra de la cátedra correspondiente en silencio mientras juguetea con su portaminas trazando bocetos de algunos garabatos sin sentido o incluso retratando en el papel las letras y figuras tatuadas en su mano que podría llegar a ser tímido en cierta manera singular.

Más tarde, quizá algunos minutos después, es que JungKook se daría cuenta de que en su camino hasta el salón de clases seis chicos habían posado sus orbes brillantes en él; con miradas anhelantes y un par de sonrisas dibujándose sobre sus rostros, manos cosquillosas con sudor incluso resbalándose entre ellas porque el nerviosismo parece atestar en ellos ante la futura fecha festiva y lo cercano que es el momento en que cada uno tiene pensado actuar.

Ah... ¡Dulce, dulce San Valentín! ¿Qué traes ahora para mí?

JungKook ni siquiera podría imaginárselo.


˚꒰ to be continued . . . ˚ˑ ꕥ ͎·˚

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❛ꕥ PICTURE BY: QueenOfPaperHearts

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❛ꕥ EDITION BY: B0OKOKIE.

❛ꕥ WRITTEN: JEONCEREZA.

情人 : ❝PICK(OO) VALENTINE❞ — ROMANCE (NO SMUT).

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❛ꕥ PICK(OOK) VALENTINE. ꒰ JKHAREM ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora