Estas donde ocurren las tormentas de verano, al final del arcoiris,
no desapareces cuando cierro los ojos, y aún así, ahí sigues, como si no lo supieras. Has conseguido que mis sueños ya no sean tan pesadillas, que un día sin ti se me haga eterno y a la vez tan efímero, como un segundo contando las estrellas, como un año mirando al mar.
Quiero mirarte y dejar de hacerlo con los ojos, sentir que estar ahí sin notarte, hablar como si nos pagarán por ello y ver que todo está en su sitio.