En el borde de la cama - [ KOOKNAM ]

Antes de dormir

Oneshot

* Puede contener faltas ortográficas que pienso corregir luego *

Namjoonie era un chico amable. Por eso, cuando su llanto y el dolor que sentí correr por su dulce corazón habían llegado a mis oídos innumerables veces, no pude seguir ignorandolo.

No parecía haber ningún problema. Nada aparentemente increíble o incluso malo en un chico tan alegre. Namjoon se llevaba bien con todo mundo. Si, incluso el alma más opuesta a namjoon en esa ciudad caía encantada por su ser imposiblemente fascinante. Una personalidad soñadora, exquisita y tan suave. Parecería imposible nombrar a alguien cuyo pensamiento fuese tan reflexivo como el de Namjoon, siempre había sido así. Era una extraordinaria naturaleza.

Donde quiera que fuera namjoon podía ayudar en algo. Lo que fuese, no importaba mucho que tan mínimo fuese esa ayuda porque namjoon la haría con la misma pasión y astucia.

Pero no todo puede ser bueno. No, algo definitivamente estaba mal en namjoon.

Tal vez era que todo ese conocimiento y esa inteligencia le hacía más suceptible a lo que pasaba a su alrededor. O quizás tanto dar a los demás le había hecho sentir que no tenia lo suficiente de nada en esta vida. Porque no importaba que tan agradable fuera todo mundo con el, y que tan agradecido y alegre se mostrará siempre en cada lugar al que iba. Nada de eso era importante al llegar la noche, esas noches en las que el chico moreno se sentaba en la orilla de su cama sintiéndose el ser más desdichado de todo el mundo.

Nadie mas lo sabia, claro, a excepción de mi. Pero eso era solamente porque namjoon no se creía a si mismo con el suficiente derecho para demostrar a otras personas que estaba sufriendo, namjoon no creía que su dolor fuera tan importante. No era para tanto.

Que se hace cuando estas harto de callar al ver el dolor reflejado en las lágrimas de alguien ? Yo creí tener la respuesta.

Es increíble lo que puede lograr la magia, o como sea que gusten llamarle a la divinidad en cada una de nuestras acciones, de nuestra existencia y nacimiento mismos, la divinidad en un ángel de la guarda como yo. Algunos le llaman alma, Dios, naturaleza, yo y namjoon éramos todos esos nombres y muchísimo más juntos en un solo lugar, en un cuerpo. El ser en si mismo era todo.

Lo que yo sentía por namjoon hacia a esa mágica sensación aflorar con más intensidad en mi pecho. Yo amaba todo en namjoon, y solo eso fue suficiente para convencerme de que aparecer frente a él sería el grandioso milagro que los dos estábamos esperando. La solución a sus problemas y cada uno de sus dolores, y la mayor euforia que yo podría llegar a imaginar en toda la existencia.

Así fue como llegue a su habitación esa noche de lluvia mientras namjoon lloraba en silencio. Y mi voz llamándole a sus espaldas le había asustado tanto que se había caído de la cama.

Esa noche es algo que me gusta recordar, ahí fue cuando namjoon escucho mi historia después de lograr convencerlo de no gritar por ayuda y de que no quería lastimarle. Tal vez no era que estuviera realmente interesado al principio, probablemente namjoon estaba tan cansado de todo que ya no le importó mucho el tener que escuchar los cuentos de un desconocido.