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"En mi vida pasada...definitivamente fuí luz..."







Salía corriendo de la biblioteca como siempre, apenas y podía con los libros y la mochila. Cuando al fin llegué me di cuenta de que no traía la bendita bufanda.

-¿Y ahora que se te olvidó?

-Hyung, ¡regreso!

Volví a salir corriendo, y entré nuevamente al edificio viejo, al entrar hice algo de ruido y todos voltearon a verme.

-¡Shh!

La señorita me observó mientras mantenia el dedo índice sobre sus viejos labios, hice una reverencia en forma de disculpa y caminé hasta la silla donde antes me había sentado.

-¡Ahí estás!

-¡Shhh!

-Perdón, perdón

Y antes de poder salir tropecé provocando que la bufanda se fuera volando y se atorara en la rama de un árbol lo suficientemente grande para mi. Estuve pensando en mil formas para poder rescatarla, aunque en realidad no se me ocurría alguna o definitivamente eran un poco atarantadas. Unos minutos después me dio por revisar el reloj en mi muñeca izquierda, dandome cuenta de que llevaba ahí mas de 27 minutos.
Observé la bufanda por última vez y corrí nuevamente.

-¡Llegué! ¡Lo lamento hyung, algo ocurrió y...

-Orden 2 ,mesa 5

Me observó y sonrió para entregarme el plato y bebida, junto a un amistoso pellizco en la mejilla. Asentí y llevé el pedido a la mesa antes dicha. Una vez entregado, fuí a los vestuarios y me cambie, me puse el mandil y la boina, salí para tomar los pedidos de las personas que ya comenzaban a entrar de a poco.

(≧∇≦)

Al dar exactamente las 8:00pm el restaurante cerró, las luces de enfrente se apagaron una vez que limpiamos el lugar, y fuimos directo a los vestidores.
Caí rendido al pequeño banco y me acosté.

-Por cierto, ¿que se te había olvidado en la tarde?

Abrí los ojos de golpe y me levante de inmediato.

-¡Hyung! Debo irme

Me cambié y tomé mis cosas.

-¡¿Por qué siempre corres?!

-¡Hasta mañana Jin hyung!

Abrí la puerta como pude y camine despacio hacia el árbol, alto e imponente a un lado de la biblioteca. Las luces estaban encendidas y faltaba poco para que la biblioteca cerrara, claro, solo por dentro, por que aún habia mucha gente que se quedaría hasta tarde a estudiar. Aunque estaban un poco suaves, las luces servían para ver, mas o menos. Caminé alrededor del árbol, nuevamente para encontrar fomas de bajarla, aunque podía comprarme otra yo sólo quería esa. Ese color amarillo no se podía encontrar en ninguna otra parte, mi madre la había tejido y entregado antes de entrar a la universidad y antes de irme de casa, por supuesto que la visitaba, pero no tan a menudo como le gustaría y me gustaría.

Al fin rendido hice lo que cualquier persona en mi situación haría, comencé a brincar lo más alto que pude, aunque claro que eso no funcionó. Estaba a nada de rendirme, en el último salto una piedra se atravesó entre mi rodilla y el suelo, no me lastimó por completo, pero el impacto sí.

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