PROLOGO

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La paz al fin había llegado, el mundo mágico estaba de fiesta, Lord Voldemort estaba muerto, directamente de la varita del salvador, El-Niño-Que-Vivió-y-venció.

Cuando la pelea final ocurrió, lo único que Harry quería era dormir, Kreacher apareció en el dormitorio de Gryffindor con el sándwich, un montón de galletas recién horneadas y una jarra de cerveza de mantequilla. Harry comió lentamente pensando en todo y en nada rodeado de los recuerdos buenos y malos, al terminar se recostó en la cama con su nombre grabado y se quedo dormido.

Meses más tarde, solo en una casona de tres pisos, en una habitación obscura con las cortinas cerradas, Harry Potter estaba sentado en la cama rodeado de fotografías, recordando todas la vidas que se perdieron en la cruda guerra, todos los seres queridos que dieron sus últimos alientos protegiendo su mundo, para brindarle un mejor futuro a sus familias.

Un estruendo en la planta baja llamo su atención, limpiándose las rebeldes lagrimas que corrían por sus mejillas, Harry tomo todas sus cosas y las coloco cuidadosamente en una caja de madera, se levanto de la cama y guardo en el closet todos sus recuerdos, con un hechizo simple oculto su rostro ojeroso y casi sin vida, bajo lentamente las escaleras y se sorprendió al ver a una joven rubia saliendo de la chimenea.

–¿Luna? –Pregunto Harry sorprendido –¿Qué estas haciendo aquí?¿Cómo entraste?

–Ah, hola Harry, Hermione me dio la contraseña de la red flu, he venido a secuestrarte –Respondió Luna con ese aire soñador que siempre la acompañaba.

–¿Secuestrarme?, no comprendo.

–Ron y Hermione están preocupados por ti, dicen que llevas más de dos meses encerrado en esta casa y no logran sacarte de ninguna forma, incluso Ginny ha venido y ni siquiera la volteas a ver.

–Solo quiero estar solo, no tengo ganas de salir Luna –Giro su cuerpo y se dispuso a subir nuevamente las escaleras.

–Vaya, creo que no has entendido Harry Potter, no he venido a pedirte permiso, voy a secuestrarte.

Harry levanto una ceja y volteo a ver a la bruja apuntándole con su varita –No creo que…

La frase quedo inconclusa cuando Luna le arrojo un hechizo que lo hizo caer hacia atrás, lo único que pudo hacer fue cerrar los ojos y esperar el golpe, el cuál, nunca llegó.

Al menos uso un hechizo para evitar que me golpeara –Pensó Harry flotando suavemente sobre la escalera.

–Bueno, creo que primero necesitamos un par de cosas, ¿cómo se llamaba el elfo de la casa? ¿Kricketot, Kraichu, Kritchu, Kritchar, Kreacher?

Un sonoro crujido se escuchó junto al cuerpo de Harry.

–¿Quién  llamo a Kreacher? El amo no llamo a Kreacher –Hablaba el elfo doméstico mirando hacia todos lados cuando sus ojos se detuvieron en la figura de la muchacha de pie que colocaba su varita tras la oreja izquierda –¿Quién eres y porqué llamaste a Kreacher? ¿Por qué el amo esta hechizado?

–Hola Kreacher, necesito tu ayuda, voy a secuestrar a tu amo, pero el no quiere ir conmigo.

El elfo angosto los ojos –¿Por qué quiere secuestrar al amo? Kreacher no ayudar a extraños.

–Pero no soy una extraña, soy amiga de Harry, soy Luna y Luna quiere llevar a Harry fuera de casa porque esta triste.

Harry solo podía ver con incredulidad el intercambio, al parecer Luna estaba convenciendo a Kreacher de apoyarla en esta locura, sin pensar si quiera en preguntar la opinión de él mismo.

–¿Luna ayudará al amo de Kreacher a dejar de estar triste?

–Por supuesto Kreacher, Luna solo quiere que el amo Harry se divierta, Luna ayudará a hacerlo sentir mejor.

Claro, como si Kreatcher fuera a ceder –Harry rodo los ojos viendo el intercambio de ambos.

–Entonces Kreacher ayudará a Luna, ¿qué necesita Luna para ayudar al amo?

Harry estaba totalmente perplejo, ¿Kreacher iba a ayudar a Luna en su locura? ¿Como habían llegado a esto?

–Primero un baño, no se cuanto tiempo lleve sin uno, pero no se ve muy bien, usar hechizos glamour no es bueno, esas ojeras no son naturales, preparare un almuerzo ligero para llevar y nos iremos en cuanto Harry este listo, te lo encargo –Dio media vuelta y camino por el pasillo buscando la cocina, mientras Kreacher tronaba los dedos y desaparecía junto con Harry.

Después de dar varias vueltas por la casa, Luna finalmente encontró la cocina, busco en los gabinetes y encontró algunos trozos de pan, queso y leche, hizo un par de sándwiches y los coloco apilados en una cesta que traía consigo. Un par de golpes sonaron en el piso superior y un minuto después Harry bajaba furioso las escaleras totalmente empapado.

–Luna, no iré contigo.

–Harry, llevas tres meses encerrado, nadie ha sabido nada de ti, desapareciste y tus mejores amigos dicen que estas deprimido, te veo muy delgado, ojeroso y pálido, solo quiero ayudar, he pasado por esto antes y se que un paseo te hará bien, con la depresión no se juega, es muy peligrosa.

–No estoy deprimido, solo necesitaba tiempo para aclarar mis ideas, he pasado por mucho Luna –Harry se sentó en la en una silla junto a la puerta de la cocina mientras Luna terminaba de empaquetar lo que había preparado.

–Bien, si no estas deprimido y eres consiente de lo que haces, dime ¿qué día es hoy?

–¿Qué día?, es… eh… ¿Es sábado? –Respondió no muy convencido.

–No, es miércoles pero me refiero al día.

–Mmm, no lo sé –Respondió rascando nerviosamente su cabeza.

–Vez, ni siquiera sabes que es tu cumpleaños, Felicidades por cierto.

–No lo recordaba, sigo sin entender como convenciste tan fácilmente a Kreatcher, incluso tengo problemas para entenderte a ti aunque te conozco desde hace un tiempo, se que eres diferente Luna, no vez las cosas como los demás, pero tengo que negarme nuevamente, quiero estar solo y perderme en mis recuerdos.

–De ahí la necesidad de venir a sacarte de tu burbuja, ahora si me permites…

Un rayo de luz roja cruzó la cocina, Luna sonrió satisfecha, cargó la cesta con comida en su hombro derecho y con un movimiento de varita levito hacia la salida a un empapado y desmayado Harry Potter.

Mi cumpleaños ¿con Luna?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora