Mi Saiyajin favorito

𝐌𝐢 𝐬𝐚𝐢𝐲𝐚𝐣𝐢𝐧 𝐟𝐚𝐯𝐨𝐫𝐢𝐭𝐨.

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¿Quién diría que una chica como yo sé enamoraría de un chico como él? Es que...somos tan diferentes. Tōma no es como los demás saiyajines, el es único.

Tiene una forma de ser que encanta. Y posiblemente fue por el alcohol, pero aquella noche en esa cantina me dí cuenta de que el me encanta. Desde esa noche comencé sintió rara de estar a su lado, obviamente jamás lo demostré. ¿Acaso era amor? Eso es imposible, yo jamás me enamoraría de alguien como el, pero parece que no pude contra mis sentimientos. Es que jamás me imaginé a mi enamorada, nunca tuve tiempo para esos cuentitos de niñas, si quiera cuando era una.

Pero supongo que algún momento a todos nos llega el amor. Para ser franca, jamás me involucre con alguien sentimentalmente, pero como dije Tōma es diferente a los demás simios, supongo que eso es lo que me gusta de el.
Ésto es tan cliché, solo falta que el también esté enamorado de mi, con un demonio. Después de tantos años terminé enamorada de mi compañero de escuadrón, si Bardock me viera se burlaría de mi estoy segura.

Creo que necesito pensar mejor esto.

— ¿Selypa? —

— Hey, Gine. —

— Que sorpresa, pasa pasa. —

Me sentía más cómoda estando con Gine. Ella es mi amiga desde el día en que fue a llevarle comida a Bardock al campo de entrenamiento. De tan solo recordar ese día explotó de risa, la cara del capitán era todo un poema.
Desde entonces hemos sidos muy unidas, creo que es la única mujer saiyajin que me cae bien.

Siempre puedo hablar con ella y siempre me escucha, sea cual sea la estupidez que yo le diga.

— Vaya, eso está difícil amiga. —

— Y que lo digas, ahh. —

— Jaja, jamás imaginé que te gustará alguien como Tōma. — Me dijo con una risita algo burlona.

— Si bueno...también es algo inesperado para mí. —

Llevé los brazos detrás de mi cabeza soltando un suspiro y cerrando mis ojos.
Pasé la tarde en casa de Gine charlando de diversos temas, e incluso me dió unos "consejos" sobre mi situación. Hasta me dijo que esto que siento podría ser algo pasajero, pero dudo que lo sea.

Al final de cuentas me dijo que tuviera paciencia, y que a través de los días me daría cuenta del todo que es lo que sentía por ese saiyajin de cabello largo.
Le haré caso al 100%, siempre que hago caso a lo que me dice todo termina bien.

Luego de una tranquila tarde en casa de Gine decidí irme, me despedí y emprendí vuelo hacia mi hogar. El viento en mi rostro se sentía tan agradable y podía ver cómo el sol se encondia, era algo hermoso, sin embargo no podía dejar de darles vuelta al asunto.

En la noche tampoco pude dormir muy bien. Lo único que pasaba por mi cabeza era la estúpida y sonriente cara de Tōma, en ese momento sentí que mi cara se sentía caliente, ¡¿Acabo de sonrojarme?!

Ash, como te odio Tōma.
Finalmente pude dormirme, aún que...

— ¡Mierda, mierda, mierda! ¡Me quedé dormida! —