Porque la besaste.
La besaste sin saber que yo estaba observando.
La besaste con desesperación, con fuerza, con amor.
Noté que nunca me habías besado así.
Entonces entendí que no podía detenerte por más tiempo.
Que la culpa de ese engaño no fue tuya, sino mía.
Mía por no dejarte ser libre.
Igual no creas que eres inocente.
No, cariño, eres quizás más culpable que yo.
Por no haberme dicho "no te quiero" desde el principio.
Porque tal vez, si lo hubieras hecho, no hubiéramos salido lastimados.
Y toda esta historia no habría comenzado.
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Las 30 razones por las cuales te dejé ir...
Short Story30 razones, 30 recuerdos, 30 dolores que me decidieron a dejarte volar. 30 experiencias, 30 poemas sobre nuestra historia... No se permite la copia ni adaptación de esta historia. Gracias.