«A-Zhan»
El toque gentil de una cálida mano sobre su nuca alborotando sus cabellos negros antes de sujetarlos en su típico peinado y colocar su cinta mientras tararea una melodía con una gran sonrisa plasmada en sus delgados labios acunándolo contra sus reconfortantes brazos.
«Sonríe para mí.»
Todo eso se desvaneció en un suspiro.
La nieve caía libre sobre sus cabellos negros sueltos revoloteando por la fría brisa invernal abrazando contra su pecho esa pequeña linterna que iluminaba las puertas firmemente cerradas frente a sus ojos llenos de lágrimas contenidas con sus labios fruncidos, espero, esperaría toda una vida por ver ese par de puertas abrirse nuevamente aunque fuese solo una vez.
«Wangji»
Su hermano, una luz cálida y benevolente capaz de leer a la perfección sus movimientos.
Su único amigo.
La única persona que se sentó a su lado, abrazándolo, apoyándolo aún cuándo su vida se extinguía lentamente por su culpa.
Si él hubiese vuelto antes...
«Yo elegí esto...»
Si tan solo el hubiese existiera.
«Lan Zhan»
Probablemente no se encontraría lejos de Gusu.
Con sus túnicas ensangrentadas, y mojadas, arrastrando una espada que jamás será capaz de usar nuevamente mientras sus pies lo encaminan a las profundidades de algún bosque mientras sus ojos derraman las primeras lágrimas cargadas de amargura que nunca creyó derramar.
«Nunca debí haberte
conocido.»
