No hay cura para los remordimientos.

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No puede ser, simplemente no puede ser correcto. ¿Sí está bien la dirección? Vuelvo a leer la dirección que me dio Morinaga hoy en la mañana y efectivamente es aquí. ¡Pero sí es un maldito restaurante de cinco estrellas! Morinaga me dijo que viniera de traje, ¡pero esto es demasiado! Si solo es nuestro aniversario. Trago saliva por pensar eso y no puedo evitar ruborizarme pensando que ese imbécil de Morinaga hizo reservación en este lugar por nuestro tercer aniversario siendo pareja. Pero si es que nunca antes había estado aquí, es tan grande y elegante, parece un maldito hotel. Miro mi reloj. Las 9:00 pm en punto. Morinaga seguro ya está dentro. Paso el vestíbulo y un hombre se dirige a mí antes de que pueda entrar.

- ¿En qué le puedo ayudar? –pregunta.

- Ah, tengo reservación.

- Claro. ¿Cuál es su nombre?

- Tatsumi Souichi.

El anfitrión me busca en la lista y me localiza de inmediato. Me escolta hacia mi mesa, Morinaga está ahí. Esperándome sentado en una mesa al aire libre bajo una terraza cubierta con cortinas rojas y velas en el suelo. Es algo que a simple vista se ve tan romántico e íntimo que se me estremece la piel. ¡Ese maldito cómo se atreve a reservar una mesa así de llamativa! ¡Voy a asesinarlo!

- ¡Eh! Esa no puede ser mi mesa, ¡olvidé que tengo algo que hacer! –grito desesperado y el anfitrión me mira confundido.

- ¡Ah, senpai!

Morinaga me ve y se pone de pie de inmediato. Corre a mí y me toma del brazo evitando que huya de aquí

- No te vayas senpai.

- ¡Suéltame maldito! ¡¿Qué es todo esto?!

Frunzo el ceño mirando a Morinaga con verdadero enfado.

- Es nuestra mesa de aniversario, te dije que sería algo muy especial.

- ¡Es demasiado!

- Ah, senpai.

Sin que pueda predecir rápido los movimientos de Morinaga, él se acerca hacia mí y me besa los labios. ¡Ese maldito! Le muerdo el labio inferior más fuerte de lo que era necesario y me separo jadeando y le doy un buen golpe en la cabeza.

- ¡Imbécil qué demonios crees que haces en un lugar como este!

Morinaga me mira satisfecho y alegre. Se palpa el labio inferior con el dedo índice y después se lo lame.

- Eso fue rudo senpai –declara.

- Mira quién lo dice, me besaste frente al... –volteo a ver a todos lados buscando al anfitrión–. ¿Dónde está el señor?

- Se fue desde hace rato, es por esto que elegí este lugar que está alejado de las demás mesas, para tener un poco de privacidad, sé que no te gustaría que nos vean estar de cariñosos –responde.

- ¡Pero quién dice que vamos a estar de cariñosos! –lo regaño.

- Es nuestro aniversario senpai, anda, siéntate, prometo no hacer nada raro –me sonríe.

Carraspeo desprevenido y miro a mi alrededor. Hay muchos clientes, pero están dentro del restaurante alejados de nosotros, no es posible que nos hayan visto besándonos. Nosotros estamos en un lugar exclusivo alejados del buffet. Solo nosotros dos. Sin clientes vecinos que nos limiten, o mejor dicho, que me limiten solo a mí. Para Morinaga es irrelevante dónde se encuentre mientras esté conmigo. Para él nunca habrá límites de mostrar, donde sea, lo que siente por mí. Pero a pesar de eso, él mejor piensa en mí. Él prefiere que yo esté a gusto con él a demostrarle al mundo que soy suyo. ¡Pero qué cojones estoy pensando! Miro a Morinaga acercarse a la mesa y tomar asiento, me mira sonriente y asía su mano para invitarme a sentarme frente a él. Le frunzo el ceño pero finalmente tomo asiento. Mi mirada comienza a indagar lo que hay a mi alrededor, hay muchas áreas verdes, los árboles tienen pequeños focos colgando se su ramas que iluminan tenuemente el lugar y más a lo lejos hay lámparas de alumbrado que solo son manchones nebulosos de luz difusa. Sobre los arbustos hay flores rojas y adelante hay dos fuentes rectangulares iluminadas con luz amarilla.

Aniversario DolorosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora