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Atrapado, sin poder escapar, estaba en manos de Leedo, cuya persona a la que admiraba tanto y desapareció de la nada, aparece frente a el. Tenía un aspecto adorable pero algo raro, parecía tener sed.

Sed de besarme.

— ¡Basta, sueltame, por favor! Este no eres tu, mi hyung no me pediría que lo besara. — Intentando safarse de las manos de Leedo que lo tenían atrapado con fuerza contra la puerta de su habitación.

— Quieto. Solo necesito algo de energía.

Lo beso sin su consentimiento, a la fuerza. Era un beso tan apasionado, lleno de deseo y lujuria.
Hwanwoong al principio puso resistencia, pero luego se dejo llevar por la situación. Era una sensación de satisfacción, el poder de besar a la persona que admiraba y quería mucho se sentia increiblemente bien. Unos labios suaves, donde te llevan a un mundo mágico y lleno de paz.

Finaliza el beso.

— Gracias, me fuiste de mucha ayuda. Ya recupere algo de fuerza.

Hwan petrificado por la situación de hace minutos, estaba con la boca semi abierta, pensando en lo que había pasado. Se sentía feliz. De un momento a otra empezo a tener sensaciones extrañas que jamás había experimentado en su vida. Se le vino a la mente la palabra amor, ¿sera eso lo que siente? ¿estara enamorado de Leedo?

— ¿Pasa algo? No dices nada. — Preguntó Leedo con curiosidad.

— No, no pasa nada. Me pregunto el por qué me besaste, el cómo te convertiste en un zombie, por qué desapareciste tanto tiempo.

— Es una historia un poco larga pero te la resumiré un poco. — Dijo sentándose en la cama de Hwan e invitandolo a sentarse a su lado.

— Bien, ahora cuenta ya. — Dijo con mucha curiosidad y firmeza.

— Empieza así: luego de ir a ver esa película contigo en el cine, me dirigía a verme con unos amigos. Esto nunca te lo dije; mediante el transcurso del viaje, empeze a pensar sobre mi mamá que había fallecido hace ya dos años. Ella estaba muy enferma, lucho tanto que llego un momento en el que no pudo más y decidió irse a descansar allí arriba. Me siento culpable, no pude hacer nada por ella, soy un inútil. Yo estaba tan hundido en mis pensamientos, que estaba cruzando la calle con el semáforo en verde, dirigiéndose a mi un camión a gran velocidad y así, mi final; me choco y morí.

— Lo siento mucho por lo de tu mamá, debió ser muy difícil llevarlo a cabo. No te culpes de ello. ¿Cómo es que ahora estas vivo?

— Pues... Me desperte en una casa que parecía estar abandonada y vi a una persona frente mio. Llevaba unas ropas negras, una nariz alargadada, un pelo que parecía pedir a gritos que lo peinen y voz de... como la del personaje de Shrek.
Me conto que yo había sido atropellado, que morí y después de eso, hubo un gran escandalo entre la gente de ahí pero haciendoles olvidar a esas personas lo que sucedió y limpiando la sangre que derrame. Me trajo a su casa y me revivió mágicamente en forma de zombie. Que tengo que besar a alguien para reunir fuerzas o sino, podre empezar a comerme a persona que encuentre. Fin de la historia.

— Lo entiendo perfectamente. Espero que te encuentres bien y haya una cura para lo que tengas. ¡Otra cosa! Por lo que me contaste, tienes que besar a alguien para reunir fuerzas, o sea...

— Te tengo a ti, ¿me ayudarás verdad? Por favor. No quiero besar a nadie más a menos que no seas tú, la persona que me gusta.

Asombrado por la repentina confesión de Leedo, no tenía palabras para expresar lo que sentía. Lo único que pudo hacer es sonrojarse y pregustarse en su mente desde cuándo era que Leedo gustaba de él y porqué.

Una llamada repentina interrumpió sus pensamientos. Era Seoho. Vio la hora y observo que eran las nueve y treinta minutos, hora donde prometió que iria a su casa para pasar el rato con él. Se le olvido. Penso que era eso la posible llamada, para recordarle de ir.

— Hola, Seoho, ¿qué necesitas mi amigo de la vida que quiero mucho? — Contesta el teléfono.

¡¿Cómo pudiste dejarme plantado?! ¡otra vez! Estoy enojado contigo. Me prometiste venir, duende feo.

— Perdón, perdón, se me olvido. Ya voy saliendo para tu casa. Espero que este todo listo para cuando llegue.

— Te perdono. Ven rápido, te espero, duende.

No me digas duende, cara de papa. Nos vemos luego. — Corta la llamada.

Luego de la llamada, se prepara para ir a la casa de Seoho. Viste con unos jeans negros ajustados, una remera blanca un poco olgada, por arriba una chaqueta negra y unos zapatos negros.

En cuestión de segundos, se acordó que atrás suyo estaba Leedo, mirandolo fijamente y callado. No podía llevarlo con él, a la casa de su amigo. No dejaría que lo viera de ese modo, por ahora.
Así que le ordeno que se quedara en su habitación, en su cama, tranquilo y sin hacer ruido.

— Ire a la casa de un amigo, voy y vengo, sera rápido. Prometi pasar un rato con él. Perdón por esto, hyung.

— Tranquilo, estrellita, esperare. Ve con cuidado.

Dicho eso, Hwan tomo rumbo a ver al molesto de su amigo.

(...)

Llegando a la casa.

— ¡Seoho, abre las piernas, digo la puerta! — Toca la puerta sin parar.

— ¡Viniste! Ahora tengamos una noche de amigos.

— Sí, sí, andando, pero no me quedare por mucho tiempo, tengo cosas que hacer y– oye, ¿me estas escuchando? ¿qué estas mirando? ¿tengo algo en la cara? 

Seoho miraba sorprendido lo que estaba a unos metros de su casa detras de su amigo. Hwan miro hacía atrás preguntadose que era lo que tanto miraba sorprendido y era él.

— ¡¿Leedo, qué haces aquí?! ¡te dije que te quedaras en casa!

— Te extrañe y quería estar contigo, así que solo seguí tu aroma.

— Hyung, tonto, dije que te queda–

— ¡¿Leedo?! ¿qué te paso? Eres un zombie... ¡increible! ¿cómo paso esto?

Una reacción bastante buena fue la que tuvo, pensaron ambos. Decidieron contarle a él la verdad de lo que sucedió. Así que entraron a la casa y contaron todo.

(...)

— Vaya, quien lo diría. Es como si fuera película lo que me contaron.

Ambos se miraron y dijeron a la vez »no digas nada, es nuestro secreto«. Seoho asintió emocionado.

— Pregunta: Hwan, ¿qué se sintió besar a Leedo? ¿su boca sabia feo o lindo? Que yo sepa, los zombies están podridos por dentro y por fuera.

— Te odio, no puedes hacerme esas preguntas. Pero te la contestare. Sabia bien, al principio pensé que iba ser un gusto a podrido pero no, todo lo contrario. — Dijo sonrojado y haciéndose bolita.

— Oh, dios, mis dos amigos son putos. Me encanta. — Lanzo Seoho riéndose a carcajadas observando la linda cara de enojo de su amigo.

— Pudrete.

(...)

Espero que les haya
gustado el capítulo, sisi.

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⏰ Última actualización: Feb 11, 2020 ⏰

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MY LOVELY ZOMBIE || LEEWOONGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora