Little Mix-【Soukoku】

Hair

Varias me han pedido seguir y la verdad ya tenía la mitad...pero las canciones que tenía Little Mix no me ayudaron a visualizar y/o imaginar la Continuación de este fanfic.

Solo quiero opiniones de si les gustó o no este capítulo.

Psdta: Mi celular está más jodido que la reputación de Badabun.

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Eran como las 6 de la mañana, Ryonosuke despertó debido a los escazos rayos de sol que se filtraban a través de la ventana.

Un peso familiar descansaba sobre una parte de su pecho desnudo. Como si fuera un gato, Atsushi soltaba ruidos leves como ronroneos mientras se apegaba a él. El azabache se apoyó en él, mirándolo con ternura disimulada, ayer se habían excedido hasta no poder más...

Y la culpa de todo la tenía el joven de cabellos blancos, alias "Jinko", quien se había mostrado codicioso debido a que...estaban de vacaiones de sus respectivos empleos.

Lo cual significaba tiempo a solas, podrían ir a cualquier parte o quedarse en casa a follar como conejos durante un mes.

La segunda idea no sonaba tan mal.

-¿Akutagawa?- Atsushi apenas despertaba cuando sintió los labios imperantes de su futuro esposo, no dudó en seguirle la corriente mientras se aferraba con un brazo a su cuello.

El azabache recibió la señal de seguir y se posicionó encima de su pareja mientras sus manos se colaban debajo de las sábanas, acariciando la cintura del albino.

-Mmm...- Atsushi suspiró mientras ladeaba su cabeza, dejándole al azabache la tarea de marcar su cuello mientras él se encargaba de despeinarlo cariñosamente.

Justo cuando el albino pensaba quitarle los bóxer a su pareja, el maldito timbre sonó.

-No puede ser...- murmuró Akutagawa, ya estaba duro, no iba a salir así.

-Déjalos que toquen...- Atsushi lo atrajo nuevamente para compartir más besos...

Pero el puto timbre no dejaba de sonar.

-¡Diablos!- maldijo el azabache saliendo de la cama. Cogió una camiseta negra que estaba en el piso y se dirigió a la entrada de su casa.

Atsushi soltó un suspiro de resignación, no le quedaba más remedio que cambiarse para recibir al inoportuno visitante.

Se colocó rápidamente la camisa arrugada que reposaba sobre la cama y fue directo al baño, debía bajar su calentura primero.

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Minutos después, Atsushi ya estaba listo, su cabello aún estaba mojado, pero no importaba, hacía un calor de los mil demonios, solo le bastaría estar bajo el sol unos minutos y su cabello estaría seco.

Al buscar a su pareja en la habitación y no encontrarla, pensó que la cocina era una opción; sin embargo, unas voces que provenían de la estancia respondieron su interrogantes.

El albino estaba tranquilo, hasta que estuvo a un metro de la estancia.

-"Por favor, solo unos días, luego me voy"- no, tenía que ser una de esas pesadillas en las que su padre lo secuestraba y encerraba en casa para hacerlo desistir de su matrimonio con Akutagawa.