EL ARTE EN TI.

Ahí se encontraba él, la persona que la hacía suspirar cada vez que lo veía, veía tanta confianza en él que la inspiraba a ser mejor cada día, a él no le importaba lo que solían decir de su persona y para ella él era perfecto, en él veía una persona que tenía mucho amor, cariño y protección para ofrecer. Tenía una manera tan brillante y hermosa de sonreír que le inspiraba felicidad, pero sobre todo le transmitía paz y tranquilidad en los momentos de tormento.

Cada vez que compartían tiempo juntos ella se sentía viva y en paz consigo misma, él siempre le decía que veía mucho parecido entre los dos, que eran la misma persona, solo que en diferente sexo. Sin embargo, ella no lo creía así, ella se veía a sí misma como una persona retraída a pesar de siempre estar riendo y aparentando estar feliz, cuando estaba sola sentía la necesidad de estar acompañada, ya que, a su corta edad, ella ya había experimentado situaciones muy feas que la vida le había puesto en su camino y aunque ella logró superarlas, seguía sintiendo un vacío que solo se llenaba cuando estaba cerca de él.  

Con el tiempo él se fue dando cuenta de la situación en la que ella se encontraba, notó que ella se sentía atrapada en los recuerdos, pero para no incomodarla con preguntas, optó por las acciones. Él hizo todo lo que estaba en sus manos para hacerle ver que la vida estaba llena de colores, y que no solo existían los colores neutros y sombríos que ella conocía, pasaron varios meses en los que ella se encontraba en una lucha constante, en donde la victoria era ser completamente feliz sin importar qué tan difíciles las cosas se podían poner, y la derrota era sumergirse en la tristeza, la soledad y los recuerdos para siempre, sin embargo, él se encontraba a su lado para motivarla a siempre seguir adelante y levantarla cada vez que caía. Finalmente ella logró ganar y todo se lo debía a él, quien estuvo siempre durante la batalla peleando a su lado. Pasaron bastante tiempo juntos, siendo felices y superando todos los obstáculos en el camino, ella se dio cuenta de que él apareció en su camino para ayudarla a ser una mejor persona y para ayudarla a superar todos y cada uno de los obstáculos del camino, de él aprendió a brillar como el sol y a transmitir felicidad a las personas, a amar y sobre todo a ser amada.

Y aquí me encuentro, sentada bajo la sombra de un gran árbol, contemplando el sol y su luz, disfrutando de lo cálida que se siente mi piel bajo los rayos de sol, recordando cómo él me hacía sentir, dibujando todos estos recuerdos que están llenos de amor, amor puro. Lo recuerdo como el sol, él irradiaba tanta felicidad a donde quiera que iba, él era mi sol, mi luz, todo él era magia, él era la definición perfecta del arte. Sin embargo, él se ha ido para siempre y no lo volveré a ver jamás.

Hoy se cumple un año desde que no estás, se cumple un año de tu partida, de haberme dejado deambular sola en esta tierra. Pero a pesar de que te hayas marchado, hoy me encuentro aquí, recordándote, recordando todos esos momentos de felicidad que pasé a tu lado, recordando el arte que había en ti. Tú dejaste una gran huella en mí, la cual marca un antes y un después en mi vida, te agradezco todo lo que hiciste por mí, te amo y siempre lo haré. Siempre serás la luz que ilumina mi camino cuando este se encuentra oscuro, estés donde estés.