•Capítulo único•

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Verde.

El color de la vida y la esperanza renaciente, ese color tan intenso y veraz como los hermosos ojos que veía cada noche al dormir. Era una niña cuando lo vi por primera vez, siempre callado mirando a la ventana sin reparar en mi presencia; no obstante era un misterio para mí.

Cuando empecé con estos extraños sueños, aquel adonis de rubios cabellos y mirada esmeralda era un inocente niño, pero conforme pasaba el tiempo iba desarrollándose más y más hasta transformarse en un ángel bajado del cielo, incluso ese traje blanco inmaculado ayudaba a resaltar su inhumana hermosura.

Porque definitivamente tenía que ser un ángel, alguien así de perfecto no podía ser real, y aunque lo fuese nunca se fijaría en mí.

Pasé mucho tiempo enamorada del ángel, nunca me llamaron la atención los chicos de mi escuela y yo tampoco a ellos. Y pensé que así conrinuaría hasta que conocí a Luka, un sensible y noble chico de mi clase de música. Un sol con piernas, literal.

No estaba segura si sería correspondida, pero valía la pena el intento.

Otro día de clase me esperaba, estaba particularmente nerviosa porque era el primero de los cinco días en los que Alya no asistiría, ella era la única amiga que me quedaba, mi consuelo y quién me impregnaba un poco de su infinita valentía. Especialmente al soportar a Chloé, Lila y Sabrina, cuya presa favorita no es otra más que yo.

Respiré profundo intentando pasar lo más desapercibida posible. Esa jauría de hienas hambrientas podían oler tu miedo a kilómetros de distancia. Sólo debía soportar 5 horas de clase por día, no era tan difícil.

Revisé mi horario y quise golpearme la cabeza...¡Los lunes entro a las 8 am, no a las 7! ¿Y ahora que hago? No puedo quedarme en el patio demasiado tiempo, además luego los prefectos reportan por cualquier tontería. Mmmm ¡Ya sé! Iré al 3er piso, los de último año entran hasta las 10 y podría...

¡Splash!

No tuve ni tiempo a reaccionar cuando sentí una cubeta llena de agua verterse sobre mi cabeza. Mi cabello, mi ropa, mi mochila. Todo arruinado.

Múltiples risas no tardaron en escucharse, pero tres de ellas destacaron sobre las demás. Sip, el trío de brujas.

-Miren nada más quién quería escapar de nosotras-se burló la rubia del mal-¿Andas sin tu perro guardián?

-¿Qué demonios quieres Chloé?

-Uy, uy...miren, la patética esta quieren sacar sus garritas

-Nadie se queja de tus gordas pezuñas Lila.

-¿Qué dijiste?-gritó furiosa la castaña quién trató de jalar mi cabello.

-Ya déjala Lila-murmuró Sabrina-Total, no creo que podamos hacerla sentir más miserable...¿O sí?

Chloé me miró con malicia, sacó su celular, abrió lo que parecía su facebook y me lo puso en la cara.

-Recién sacada del horno, perdedora.

Alejé un poco el aparato para ver mejor lo que quería mostrar, al distinguirlo bien el alma se me fue a los pies.

-Uhhh ¡Parece que va a llorar!-se mofó Lila- ¿Apoco pensabas que el bombón de Luka Couffaine se iba a fijar en ti? Pobrecita ilusa.

No voy a llorar, no voy a llorar.

-Él merece estar con alguien de su nivel, Kagami Tsurugi es una verdadera dama, no como tú. Eres tan patética Dupain-Cheng, la cosa más patética de este colegio ¿Que estás haciendo aquí? No eres nadie, y ni tú niñera la Césaire puede cambiar eso.

Al final [Adrinette] [MLB] #BreathlessAwards.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora