Feliz Diecisiete

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1.

—Feliz 17, mi amor —dijo Federico a la entrada del apartamento, dándole un beso en los labios a Inés, quien lo recibía sonriente. Traía en la mano una botella de whisky, el favorito de ambos, en la otra mano una caja de bombones, los favoritos de ella.

—Feliz 17. Juro que pensé que te habías olvidado. —Coge la botella y los bombones—. Estaba lista para hacerte un lio, lo admito.

Federico sonríe. Entra y cierra la puerta tras él.

—No podía olvidarme. Cumplimos ya cuatro años y siete meses. Quería darte una sorpresa. Había pensado en que ordenemos algo delicioso para cenar.

Inés cruza la sala en dirección a los muebles, deja la botella en la pequeña mesa de centro.

—No suena mal. ¿Qué se te antoja? —pregunta ella.

—Pues creo que comida china.

—Odias la comida china.

—Pero a ti te encanta. —Se detiene tras el mueble de la sala y descansa los brazos sobre él. —No me hará daño comer un poco. —Se encoge de hombros.

—Muy bien. China entonces. ¿Vas ordenando? Iré a la cocina a traer unos vasos y algo para ir picando mientras esperamos la cena. ¿Te parece?

—Me parece fantástico.

2.

Inés regresó a la sala algunos minutos más tarde.

—Encontré las copas. —Las levanta y muestra, cruza el comedor y se dirige a la sala con Federico. —Estaban escondidas hasta atrás en los estantes. ¿Qué hacían ahí?

—No lo sé —responde federico, quien se encontraba en el mueble, frente al mueble del televisor, traía el control remoto en las manos y estaba buscando algún canal música—. La ultima ves que las usamos fue hace mucho, quizá las guardaste ahí.

—Es verdad. —Inés coloca las copas en la mesa de centro a un lado de la botella de whisky—. Iré por unas papas fritas, las olvidé. ¿Ordenaste la comida china?

Federico encuentra un canal música, lo deja ahí a un volumen bajo.

—Si, pero les dije que la trajeran dentro de una hora aproximadamente.

—Muy bien. entonces iré por las frituras. —Se inclina hacia el y le da un pico en los labios.

—¿Quieres mezclar el whisky con gaseosa o algún jugo?

—¡Ash! Que poco elegante... ¿Me viste cara de callejonera de barrio? —ríe.

Federico se encoge de hombros.

—Algo así... —ríe.

Inés le da un juguetón golpe en el hombro.

—No. Hay que beberlo con hielo nada más.

—Listo.

Inés se dirige a la cocina y luego de algunos segundos regresa con una bandeja de hielos y unas bolsas de frituras a medio comer.

—Hay papas y estos doritos de la semana pasada, están frescos.

—No hay problema. No quiero llenarme —mete la mano a la bolsa de Doritos y coge unos cuantos— de estos de todas formas.

—A mi si me encantan. —Irene deja las bolsas en la mesa de centro y toma asiento en el sillón al lado de donde estaba sentado Federico. Coge un poco entre las manos—. ¿Sirves tú, amor?

Feliz DiecisieteWhere stories live. Discover now