Único.

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JeongIn.

— Coño de su madre pana... ¿Cómo que quinientos mil bolos? ¿¡Eres marico!?

Controlando la suprema arrechera que consumía todo mi ser en ese momento, dejé la vaina con la mayor delicadeza que podía al momento en su sitio.

No joda, mano. Un agua micelar kike a quinientos mil vale, ¿'tas viendo ese beta? O sea, que aparte de pobre, feo en esta mierda también tengo que ser.

Maldito maduro, coñísimo de tu madre. Te voy a ir a quemar ese Miraflores.

Exhalando rendido, me fui pa' donde habían """"ofertas"""". Y le pongo como comillas porque de oferta mi culo será, ya que solo le bajan unos cien y listo.

Gran diferencia. Y es más un cuarto del otro. Qué bolas.

Por eso tengo que encontrar a mí destinado, mi otro extremo del hilo rojo, y estoy rogando a Diosito porque sea alguien bien, con mucha plata pa' pode' seguí' tan precioso como soy en esta mondá.

Y hablando de esa vaina...

Sentí un jalón en mi dedo, con mi corazón palpitando más duro que las ollas de la vieja opositora de recidencia pispirisnais en pleno cacerolazo. Mieldación, eso...

¿Es que aquí está mi destinado?

Volteé a ver por el pasillo, pero no había más que un carajito y su mamá, hostinadísima de él. Fruncí el ceño. Ay, no me digas que me viene con bendición...

Además, yo, Yang JeongIn, soy bien marico. Eso de qk... No mi vida, que me reviente pero a punta de puro güevo.

BUENO AJÁ, saliendo del tema... Tomé firme mis compras con una mano y la otra la extendí, guiándome por mis sentimientos. Que marico y Disney suena, pero no hay de otra, se la calan.

Caminé. Uno y dos pasos. Definitivamente la tipa no era, no solo porque mi interior me lo decía, sino porque cargaba tremendo anillo de casada. Uff, menos mal chiamo.

Entonces seguí, yendo hasta el otro pasillo. Miré de izquierda a derecha, tratando de sentir quienes de todos esos güevones era. No había muchos, pero era difícil identificar bien de dónde provenía la emoción.

Hasta que, justo cuando di una pisada, uno de ellos levantó la mirada. Y cuando nuestros ojos se alinearon, así a lo bien marico, lo supe.

Ese papasito rico, catirito precioso, era mío.

JA WENOOOO. Coronao, coronao, coronao, nao, nao~.

Solo falta que tenga platica y listo mijo, perfecto el chamo.

Ambos nos quedamos como unos malditos pegaos', mirándonos unos segundos, y entonces avanzó. Yo lo imité, a mi ritmo (bien lento pues), y de pronto estábamos ahí, cerquitica uno del otro.

Tragué grueso. El chamito tenía pinta de ser esos que te meten un coñazo y te mandan volando pa' donde papi Chiave, a pesar de que era más alto que él.

Eso sí era un dato gracioso, al cual no pude evitar reír. Lo observé enarcar una ceja.

— ¿Qué es gracioso? —inquirió, con un tonito que 'elga bebé, dale pero aquí.

— Soy más alto... —fue lo que respondí, tapando mi boca por encimita. Seguía riéndome un poco, quizás por los nervios, quizás porque soy marico. No estoy claro.

— ¿Es en serio? —levantó una de sus manos, donde se podía divisar el hilo de tonalidad rojiza, brillando muchísimo. Inerte y encantado, sonreí antes de imitarle. Mi destinado—. ¿Soy el amor de tu vida, literalmente, y es lo primero que me dices?

— Bueno menor, es tu dolor —me reí más y él me vio con un puchero. Que cuchi weón—. ¿Cuál es tu nombre? Mejor.

— Soy Bang Chan —me estiró su derecha, sonriendo preciosamente—. ¿Y tú?

Pero ignorando tal presentación tan forma, me abalance a sus brazos y rocé nuestras narices, aferrándome a él. Riendo, no tardó en corresponder. Sus hoyuelos fueron mi perdición inmediata.

¡No joda, Bang Chan! —me carcajeé como la primera vez que nos vimos, rodando mis ojos a la vez—. Lo siento, necesitaba decirlo. Tanto tiempo buscandote... ah, y soy JeongIn, Yang JeongIn—contesté, jugado con nuestros labios luego. No me culpen, he estado deseando encontrarlo tODA MI VIDA, LITERALMENTE HABLANDO—. Pero ya sabes... Puedes decirme "amor de mi vida".

— Créeme —se risoteó y yo morí. Dime, dios, ¿por qué es tan perfecto? No puede ser que alguien así de verdad exista, auxilio—. Lo haré.

Y sin darnos más preámbulos, nuestras bocas se fundieron como tanto lo deseaban, en un beso suave, apenas roces tímidos pero ansiosos, necios a separanos.

Al final... Salí más premiado de lo esperado.

***

Feliz 14 de febrero a las que sigan acá y a las que lean esto aaaaa.

Amo el ChanIn. Es la primera historia que subo de ellos pero estén claros que no va a ser la última o la única. Esto es kk comparado con las obras maestras que estaré publicando dentro de poco. Este perfil va a estar lleno de ese ship porque es perfección asíes.

Nos vemos en otra ocasión, adiuh.

¡No joda, Bang Chan! ❝ ChanIn ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora