First Sight.

Durante muchas ocasiones, Yuu había escuchado a distintas personas dentro de su círculo decir que el amor a primera vista era una chorrada y, al alcanzar cierta edad, comenzó a pensarlo también. Por supuesto, había personas que podrían causarte una buena o mala impresión al momento de verlas por primera vez, pero no significaba que hubiera un amor del tipo romántico de por medio. Le había ocurrido con Takashima, su mejor amigo, pero incluso con la primera buena impresión, tardaron en llegar a ese título y por supuesto Yuu no podía imaginarlos en algo más allá de eso.

Si era sincero consigo mismo, le hubiera gustado ser de esas personas soñadoras, de aquellas que se emocionan con todo e inventan un mundo en su cabeza -de manera sana, por favor. – Pero lamentablemente era demasiado realista como para dejarse llevar por fantasías que no aportaban a nada más que decepciones en la vida.

Tal vez era por su forma tan realista y un poco estricta de ser, que sus relaciones más "serias" no habían funcionado más allá de un par de meses y eso le agotó al punto de simplemente ya no buscar ninguna relación y centrarse en sus estudios, tomando algo de tiempo solamente para dedicarlo al cabeza hueca de Takashima que, a diferencia de él, si era un soñador innato, con tantas metas en su mente, con tantos deseos anhelando por cumplir, con tanto amor para entregar. Por eso no le fue una sorpresa cuando, un día, comenzó a verlo más distraído, con la cabeza muy lejos del salón de clases, hasta que este le soltó lo que rondaba por su mente.

Yuu río ante los inusuales escenarios en que Takashima se veía normalmente envuelto. Sabía que su amigo era distraído, pero se superaba cada día, más cuando le contó que había estado hablando con dos gemelos, pensando que eran la misma persona, pero el día anterior se había enterado que no era así y ahora no se podía la cara de la vergüenza. Sí, por eso adoraba a su amigo, nunca dejaba de hacerlo reír.

Tenía que darle un poco de razón a su amigo ante la confusión pues, si Yuu no hubiera tenido presente de ante mano que Reita y Akira eran gemelos idénticos, de seguro también hubiera pasado por el mismo bochorno que Takashima, no es que lo fuera a admitir de todas formas. ¿Siquiera al moreno se le cruzó por la cabeza todo lo que pensaba sobre el amor a primera vista cuando se quedó embobado por Akira?

Por primera vez, sintió algo que juraba no existía. No era sólo una buena impresión, no, si fuera por eso su corazón no estaría latiendo como loco, su garganta no se hubiera secado y sus ojos hace tiempo se habrían separado del rostro de Akira. Inconscientemente correspondió la dulce sonrisa del rubio con la propia y, aunque no pudo procesarlo bien, sabía que se había enamorado a primera vista del vecino de su amigo.

Luego de aquel primer encuentro, Yuu no había tenido oportunidad de volver a ver a Akira, deseaba hacerlo cuando iba a casa de su amigo, pero no había tenido suerte y una inusual timidez le invadía lo suficiente como abstenerse de preguntarle a Takashima por él. Por suerte, no era necesario. Su amigo siempre le contaba todo y eso incluía lo mucho que Reita le sacaba de quicio y, aunque él no lo admitiera, lo mucho que le encantaba y el hueco que el rubio se estaba haciendo en el corazón de su castaño amigo. Yuu estaba feliz por él y le gustaba escucharlo, aunque no supiera lo suficiente de Akira en sus relatos.

Sintió que la suerte estaba de su lado un día que estaba dejando el apartamento de Takashima y se encontró a Akira en el ascensor. Yuu se quedó estático por un segundo, recobrando la compostura lo suficiente para compartir una tímida sonrisa y un casi inaudible saludo de cortesía antes de ingresar al elevador. Yuu mordió su labio inferior algo nervioso. Era su oportunidad para hablar con el chico, pero su garganta estaba seca y su mente en blanco.

—Rei-chan y Shima parecen estar llevándose bien. — Comentó Akira, llamando la atención de Yuu.

—¿Eh?