ʜᴀɴᴀQ; ᴜꜱᴘᴇʀ 🍒

sorpresa;

Tiempo de espera.

Estados Unidos estaba sentado en la sala de aquella casa, nervioso.

Sudando, con la mente confundida, con mucho temor, sentía que se quedaría paralizado en cualquier momento.

Era algo loco pensar en un embarazo, sí. Pero a fin de cuentas, ellos no eran enteramente humanos, vivían demasiado tiempo más y eran la representación de una nación entera, por un momento susurró "Esto no puede ser posible" y convenció de que esto definitivamente no era un embarazo, pero...

¿Y si su pareja sí lo estaba?

Nunca se imaginó de padre, es cierto que tiene muchos estados, pero la mayoría de ellos ya tienen independencia hasta económica, estaban bien desarrollados y casi nunca actuó como padre oficialmente.

No lo puede negar, adoraría formar una familia con el peruano, pero esto ni siquiera fue planeado, Ahora solo quedaba esperar a que el de bandera bicolor saliera con los resultados.

《🌻》

Finalmente después de ciertos minutos, que fueron un total infierno para el de habla inglesa, Perú salió de aquel baño.

Con un pequeño rectángulo blanco entre sus manos, era una prueba de embarazo.

Al principio el estadounidense se paró con rapidez de su asiento, mirando a los ojos a su hermoso cholito. El peruano tenía los ojos húmedos, con lágrimas que amenazaban salir de aquellos cristalinos ojos claros, que hipnotizaron más de 100 veces con anterioridad a su pareja.

Usa ya se suponía que había pasado, pero quiso escucharlo de la boca del peruano.

-Y?- dijo preocupado.

El peruano le entregó aquella prueba, se tapaba la cara sin llorar todavía.
Usa la agarró rápidamente y pudo divisar el resultado.

Dos líneas rojas, positivo.

Estados Unidos cerró los ojos lentamente, realmente una muy grande preocupación lo invadía. No sabía en absoluto como sentirse, ni como reaccionar o por un momento no supo como respirar, lentamente volteó hacia el peruano, encontrándose con este ya llorando, mientras él solo mantenía la cabeza gacha sin poder articular una sola palabra.

¿Sería padre?

Sería padre

¡Sería Padre!

¡¡SERÍA PADRE!!

Mandó todos esos pensamientos al diablo, y se llevó las manos a la cabeza, mientras esas palabras seguían resonando en su mente, juraría una y mil veces que se quedó ahí parado por media hora o más, hasta que el peruano optó por hacer algo de una buena vez.

-Cariño, estás bien?- susurró extrañado, con esa dulce voz que tenía.

Estados Unidos solo se fue encima de el, en el sofá. Prácticamente se lanzó al peruano, a sus brazos, para abrazarlo con mucha fuerza en el sofá. Sentía una necesidad de abrazarlo y no soltarlo nunca más. Sabia que esto no sería fácil, pero no quería que el peruano de alguna manera se sintiera culpable.

Así que lo cargó, y en la sala, en medio de toda esa confusión mental que tenía, lo hizo dar vueltas en el aire, mientras a su vez cuando este bajaba le daba cortos besos, lo abrazaba por la cintura o besaba sus oreja también, esto rápidamente confundió al peruano, pero también lo hizo sentir ternura de parte de este, cuando fue bajando al peruano completamente, sin dejar de mirarlo a los ojos dijo.

-Te amo, te amo, te amo...- decía mientras hundía su cabeza en el cuello del peruano.

-Yo también te amo, mi vida- dijo mientras correspondía el abrazo, besando la mejilla del estadounidense.

-¿Porqué sigues llorando?- preguntó con un tono cálido.-Te adoro, nunca te dejaría solo, babe-

-Creí que saldrías corriendo de la casa- dijo con una sonrisita el castaño.

-Oh, please.- dijo riendo.- Tanto se notaba?- dijo mientras tomaba la mano del peruano para besarla.

El peruano solo rió, mientras lentamente le quitaba los lentes oscuros al norteamericano, para ver esos ojos celestes que amaba, y este solo se dejaba llevar por las caricias del peruano, era una de las pocas personas que dejaba que le quitaran los lentes.

-Seremos padres- dijo Perú con una expresión neutra, mirando los labios de su amado.

-Seremos los mejores- dijo Usa ya con ganas de devorarse al peruano por esa mirada de inocencia.

Perú agarró la mano de Usa para llevarselo a su cuarto, cuarto que compartían cada vez que el estadounidense venía de visita. Por ahora solo querían pasar toda la noche dándose mimos, besándose, acariciándose y mirándose a los ojos, aunque dure toda la eternidad.

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