Book of the blood.

Ese mayordomo, atrevido.

-Amo...es hora de levantarse.

Sebastián como todas las mañanas se encontraba al lado de la enorme cama con sábanas de satín, el periódico estaba ya planchado, el joven amo se levantó colocó una manta sobre la espalda del pequeño noble, le entregó el periódico, las cortinas de seda estaban abiertas mostrando el arrogante sol inglés.-Señorito, hoy le toca clase de baile con la srita.Genésis, clase de geografía con el profesor William, literatura con el profesor Carl, una reunión de negocios con el comerciante ruso Dominik, lo demás es tiempo libre.

El niño dejó de leer el periódico, Sebastián le levantó y colocó pantunflas en sus pequeños pies. -Es hora del baño amo. El "hombre que aproximaba unos 24 años se arrodilló quedando a la altura de Ciel, desabotonado su camisa doblándola, aquel prepúber  estaba desnudo, su piel parecería tallada en hueso y su rostro blanquecino  adorable y angelical, era algo opacado por ese ceño fruncido y su cara orgullosa, el agua estaba como al amo le gustaba, Ciel comenzaba a entrar en la adolescencia, había aparecido vello en las piernas, muy fino y delgado casi inexistente, su pubis aún era lampiño, el mayordomo metió a el noble a la bañera, lavando su cabello, su aniñado rostro, piernas, pies y torso. -Amo disculpe.

Abrió levemente las piernas esbeltas del joven, limpió sus muslos y pasó a los genitales del joven, limpiando cuidadosamente sus suaves testículos, por parte del joven producía un cosquilleo, Sebastián fue al miembro limpiando minuciosamente la parte antes mencionada, el cuerpo de Ciel por culpa de la edad le producía erecciones involuntariamente, el mayordomo bajó el prepucio para limpiar bien el glande unas 2 veces, a lo que el amo respondió dándole un manotazo. -¡No me toques! Cerró apenado sus piernas.- Disculpe joven amo, por favor abra las piernas, seré más cuidadoso necesito dejarle perfectamente limpio; ¿Le digo algo? No es bueno dejarlo por mucho tiempo, debe "descargarse" por así decirlo por lo menos una vez a la semana, ya sabe por salud. -hizo una reverencia, el menor abrió levemente las piernas, el mozo limpió con mucho cuidado la entrada del menor, el joven amo aún seguía con la erección, su rosado glande chorreaba líquido preseminal. -putain ... pourquoi ne pas descendre? (Maldición...¿Por qué no se baja?)- Murmuró el noble en voz bajita -Amo, ¿Le puedo ayudar?, Se ve desesperado, está sumamente sonrojado, parece rogar que le toquen.- ¿¡Qué estupideces dices imbécil!? De ninguna manera, maldito demonio pervertido.- -Puede imaginar que es Lady Elizabeth.- El demonio se relamió los labios. -Deja de ser tan vulgar, ahora sácame de la bañera y vísteme.- Obedeció, le recargó en la cama, secó todo su cuerpo, suavemente, incluyendo los genitales, esto provocó que al más mínimo roce se pusiera más erecto el pene del niño, realmente dolía.-Amo... ¿de verdad va a dejarlo así? Tiene una expresión sumamente lujuriosa pero aún así refleja dolor, solo cierre sus ojos, lo ayudaré.- se colocó entre las piernas del chico, dándole un largo lengüetazo desde su aún virginal entrada hasta el glande.-Mgh...¡¿Qué haces?! Es repugnante, quí-quítate.-Dijo el conde, jalando los cabellos de Sebastián.-Vaya...vaya, al señorito le gusta ser agresivo.- El hombre pasó sus largos mechones por detrás de sus orejas, lamiendo de nuevo el miembro del joven, aquel despertó interesado derramando más líquido preseminal.-Ah... A-Ah~ Se-sebastián.-Ciel dejó de luchar estaba rojisímo, sus piernas estaban en los hombros del más grande, estos placeres eran nuevos.-Mi señor aún es muy joven...-Se movía de arriba a abajo, succionando el glande del prepúber, movía su lengua en círculos continuamente.- Y-ya ¡Ya no puedo más! Sebastián...-Mantenía sus manos en la cabeza del mayor, aferrado-Mh...Kgh.- Sebastián emitió un jadeo leve, movió su lengua más rápido hasta que el chiquillo se corrió.- Ah... Nha, ya no... Ya no puedo más.- Estaba exhausto, el mayordomo se separó de su entrepierna, tragando la semilla del pequeño.- ¡maldito insolente! Eres repugnante.-Ciel abofeteó a el demonio, Sebastián estaba sonriendo, de manera altiva, sucia como lo que era un demonio.- Vísteme ahora y vete de aquí para darme de comer.- Como ordene amo.-y así lo hizo, le vistió, y le sirvió de comer.- Para el menú de hoy he preparado Crème brûlée, postre francés gourmet, también Foie gras y su té Da Hong Pao.- El aroma me agrada, es fuerte.- Señorito, acaba de llegar una carta de su majestad.-

Mi querido Ciel Phantomhive, le comunico que algo ha estado preocupándome, el Londres y Bélgica han aparecido varios cuerpos de muchachos entre 15 y 26 años, todos son agraciados, sus cadáveres tienen marcas de mordidas en los brazos, hombros, cuellos y piernas, esto verdaderamente me aqueja, por favor investiga de este caso.

Atentamente, Victoria.

Ambos se vieron, Ciel se levantó.- Sebastián mi abrigo y mi sombrero, vamos a Londres en este momento.