Sentía mis músculos tensionados, mientras a su vez podía percibir el líquido pasar por mis venas. El aire rosaba todo mi ser, sentía pequeñas gotas de agua tocar mi cadera gracias al movimiento de mis prótesis. Las balas caían por todo el campo, una que otra lograba dar conmigo, pero aquel escudo de energía de alguien al cuál maté me ayudó. Rápido, rápido, me decia internamente para escapar, lástima que el agua de ésta fosa de geiseres me hiciera más lento, o tal vez era la chica rubia a la cual tenia entre manos la culpable de mi retraso, su peso... tan pesada por esa cosa que llevaba en la espalda. Duele, duelen las balas y el peso, el metal. Me muerdo el labio con bastante fuerza para sobrellevar mejor todo, pero es dificil, la adrenalina se acaba.. Necesito... Más, lo necesito ahora. La chica estorbaba mi mirada del bolsillo donde llevaba esas jeringas, pero no podía tirarla, no en medio del tiroteo.
Se escucha un escudo romperse, supongo es el mío, pierdo un poco el equilibrio, pero antes de caer llego detrás de una ronca gigante que se encontraba en medio del campo. Escucho los otros 2 equipos pegarse, eso es bueno, aunque eso no saca mi cara del agua, todo este líquido esencial
empaña mis gafas, gracias a dios la mascara es hermética y no entra a mi cara, si no, sería un gran problema. Me pongo de rodillas y miro a la chica casi hundida en el agua, al menos podia respirar, pero decidí ayudarla a sentarse. La miré, estaba gravemente herida, su brazo metálico se había
caído durante todo el desastre. Le di unas cuantas suaves cachetadas para que despertara, reaccionara, y lo hizo, despertó con un gran suspiro, escupiendo un poco de saliva con sangre en mí, pero ya era costumbre que mis compañeros lo hicieran. Le pregunté si llevaba jeringas de
nanobots para curarla y seguir peleando, pero no entendía lo que decia, estaba aturdida, así que con su permiso, o eso espero, busqué entre sus bolsillos una, hasta que la encontré. Busqué el mejor sitio para darle con esto y lo hice. En pocos segundos ya se notaba su mejoria se podía mover con claridad y articulaba bien sus frases. -Gracias-. Dijo, pero en ese acento raro, yo sólo le devolví el ademan con la cara. Saqué un par de curas que llevaba en mi mochila, baterías, toda esa
tecnologia portable.El silencio abrumaba el campo, veía aquel aro de color naranja acercarse hasta pararse en frente de nosotros a unos cuantos metros, suspiré y recargué mi pequeño Alternator. Me acosté contra una piedra cayendo al agua esperando un disparo por parte de alguien para ir por atrás, hasta
escuchar "Quedan 2 equipos en el campo". Yo sólo maldecí en voz baja, la chica se me acercó para darme consuelo por la pésima situación en la que estábamos -Creo que les vi reposicionarse, es nuestro momento de correr-, Me habló tras terminar esa sesión de caricias amistosas. Yo sólo
sonrei. Miré mi bolsillo lleno de líquido verde, era mi momento, me levanté y estiré con jeringa en mano; Troné cuello, manos, relajé mi cuerpo lo más que pudiera, miré en mi mano la adrenalina. Necesito velocidad.Y volví donde estaba, con el agua en mi ropa, las balas cayendo, el aire pasando por todo mi cuerpo y el líquido traspasando de pies a cabeza. Tanta adrenalina me hacía sentir vivo, la emoción del campo de batalla, y el correr... Oh amigo, como amo esta sensación, no tendré la mejor puntería, pero el tirarle en la cara a un enemigo una granada, el lanzar por los aires a desprevenidos con mi trampolín, el escapar de situaciones imposibles sólo saltando y corriendo... Oh amigo, esto no lo cambiaria por nada.
Rápido, rápido, ¡Rápido!