Besos de Otoño - [YoonJin - JinSu]

Capítulo II. Amargo.

Cuando lo opuesto es dulce, las situaciones son crueles y amargas

...

Quién puede dormir en un piso completamente frío y sin una frazada, así es, ese fracasado sujeto soy yo. Increíble pero por lo menos el pequeño no durmió en la lluvia y en el frío.

Imagino que sabe que es hora de irse...

No reconocí esa voz del cansancio profundo de mi cuerpo, sólo me abracé de mi mismo como un niño.

- Uhm...no...no me moleste, aún es temprano. - dije con mi somnolienta voz.

En eso reflexioné, esto no es mi departamento de lujo, ni mis sirvientes despertándome.

Es el muchacho de la madrugada.

Me di una bofetada mental, y abrí mis ojos de golpe totalmente avergonzado.

- Demonios... - dije bajamente y sin mirarlo a los ojos. - una disculpa...

Lo que menos quería verme como un idiota que no tenía a dónde ir.
Y al parecer eso el muchacho lo había notado, pues me miraba tratando de que le diera una explicación.

- Tiene suerte de que no esté de malas. - sus palabras eran cortas, ásperas como su voz.

Ignore el hecho de que estuviera molesto y volteo hacia los lados para mirar al pequeño que venía conmigo.

– ¿Y qué quiere qué haga?, realmente no era de mis intenciones molestarle. – dije sin que me detuviera el hablar.

El pequeño parecía dormir aún en el gran sofá, al final de cuentas pasar una noche en vela cuidando al pequeño hasta que le pasara su fiebre fue lo mejor a pesar de que recibí tremendo balde de agua fría, así es, sus palabras. Me levanté con cuidado dirgiendome con el pequeño, tocando su frente se sentía mejor.

– Uhm...~ – empezó a moverse tan lindo. – hyung...

– Pequeño descansa... – dije bajamente y me levanté con cuidado para empezar a acomodar todo.

Sabía que el otro muchacho me seguía con la mirada, más yo mejor preferí ordenar todas mis cosas para irnos. Lo que menos quería era ser una molestia más de lo que era.

– Al menos es consciente de que debe irse. – suspiró y colocó una mano en mi hombro. – por lo menos el pequeño sobrevivió la noche.

Sólo me limité asintiendo a su comentario y me levanté para poner en todo orden el lugar, pues por la madrugada estuve cuidandolo.

No es momento de quedarse a charlar cosas frívolas.