La piel tiene realmente tres tipos de sensaciones: Presión, temperatura y dolor.
La presión es una cuestión de distorsión mecánica, la torcedura de un "pelo" de una célula ciliada. No es realmente un pelo, por supuesto, sino una versión extendida de una dendrita. Cuando se dobla, su tensión causa la apertura de poros, el intercambio de iones, y, por supuesto, el disparo de la neurona. Hay, de cualquier modo, tres tipos diferentes de receptores de presión: tacto ligero, presión y vibración.
La temperatura parece tener una influencia directa del calor o frió que abre ciertos canales iónicos. Hemos encontrado tres de ellos: uno para el frió, otro para el calor, y otro para el calor extremo. Quizá haya también para el frió extremo o incluso para la templadez.
Es interesante señalar que el mentol puede también activar los receptores del frió, y nos hace pensar que estamos sintiendo frió cundo no es así. Es también peculiar que, cuando tocamos una "parrilla termal" – una superficie que alterna líneas de frió y calor – no sentimos ni frió ni calor, sino dolor!
Hablaremos del dolor de forma separada, pero básicamente, el dolor es una cuestión de detectar ciertas sustancias químicas que indican un daño en los tejidos. Con el dolor también se clasifica el picor y el cosquilleo. Es interesante que hay una sustancia llamada capsaicina que actúa en los receptores del dolor de la misma forma que hace el daño real. Se ha encontrado en cosas como los pimientos jalapeños, como se mencionó más arriba.
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Los Sentidos
Non-FictionPor: Dr. C. George Boeree Departamento de Psicología - Universidad de Shippensburg Traducción al castellano: Nacho Madrid