Eres tú...y nadie más que tu (taehyung)

2.

-tambien es lindo verte Taehyung.

Sentí la mano de mi novio en mi hombro mientras me apegaba más a su pecho, sonreí un poco nerviosa por el contacto.

No era la primera vez que Tae se unía a nosotros, creo que siempre que venía el estaba allí acompañándonos por lo que entendía que a veces Yoongi se molestara por eso, pero sabía que la personalidad de él sonrisa cuadrada era así.

-¿por que nunca te quedas para vernos practicar? Quiero que veas mis nuevos pasos de baile -mostró sus dientes y movió sus hombros.

Yo solo sonreí y luego mire a mi novio.

-¿por que crees Taehyung? Por que no puedo llevarla sin que todos ustedes se tiren a ella preguntándole cosas a veces de mi vida privada -allí estaba el Min Yoongi de siempre- toda esta situación en serio me altera.

Se levantó y agarró su chaqueta, nunca lo había visto así tan enojado.

–necesito aire, te espero afuera...

Me quede con las palabras en la boca, mire hacia otro lado, su temperamento a veces era muy salvaje, digo sabía que era así, pero algunos días...simplemente no me hablaba cuando yo respondía preguntas a los chicos sobre nosotros...

–L-lo siento –Tae se disculpó mientras jugaba con sus dedos– Suga hyung ha estado muy estresado estos días...aunque siempre eres tú la que se lleva todo el odio.

Negué con la cabeza y solté un largo suspiro, agarre el vaso de agua y metí el pitillo a mi boca, se supone que ya estaba acostumbrada a esto.

—Lo que no comprendo es por que te echa toda la culpa a ti –lo mire mientras esté seguía con su cabeza gacha, hice chocar mi zapato contra el de el suavemente, haciendo que el mirara tímido– si te observe mientras bailabas, has mejorado mucho.

Una sonrisa brillante se formó en sus labios y me hizo sonreír a mi también, saco sus manos y luego tomó una de las mías para empezar a jugar con ella, no se qué pasaba pero mi cuerpo reaccionó raro ante su tacto, sentí como dentro de mi se estremeció, sus manos eran tan suaves.

Era extraño como con Tae simplemente podía pasarme horas sin decir nada pero al mismo tiempo no sentirme incómoda...

–bueno debo ir cómo está Yoongi –quite mi mano, el se quedó mirándome a los ojos, por lo que opté por levantarme rápidamente y darle una despedida con mi mano– nos vemos otro día

Camine y le di la espalda, no se por que sentía cosas raras con el, tenía novio, amaba a Yoongi, pero no entendía que pasaba cuando estaba con Tae.

Encontré a mi novio ya en el auto, abrí la puerta y me subí.

–¿por que tardaste tanto? –preguntó aún en su tono serio.

–Amor...solo hablaba con Tae no es para tanto, vamos a tu casa ¿si?

El no respondió y simplemente arrancó el auto.

(...)

Al pasar la puerta de su casa, los besos empezaron de forma brusca más de lo normal, su cuerpo tan cerca del mío siempre me hacía desfallecer, muchas veces pensaba que cuando él estaba enojado era la única forma de descargarse.

Jadee un poco cuando me llevo contra la pared del dormitorio, sus manos bajaban por mi cintura hasta llegar a la fina tela de mi pantalón.

–¿me extrañaste? –su respiración pesada y su voz ronca contra mi oído me ponía tan caliente y la acción empezaba.

Asentí con dificultad y solté un jadeo más fuerte sintiendo su mano dentro de mis panties, mordí mi labio inferior y cerré mis ojos con fuerza, sus dedos habían entrado en mi muy fuerte.

–Yoongi...Amor...–trataba de decir pero el los seguía mentiendo y comenzó a moverlos justo ahi.

Mi corazón se aceleró a toda carrera y comencé a desfallecer totalmente soltando algunas palabras sucias de por medio.

–deja de contarle a los demás sobre nosotros, sobre todo a mis compañeros...–seguía hablando en mi oído y luego me regaló besos húmedos en mi cuello.

Me comencé a mover dando pequeños saltitos sobre su mano buscando el cielo, ya no podía más.

–entiendo...estás enojado...Mmm

Su mano apretando mi trasero me hizo soltar un gemido un poco agudo y finalmente me corri en su pálida mano dejando escapar otro gemido pero ahogado.
Trate de regular mi respiración y algunos jadeos aún se escapaban, mi cuerpo convulsionaba levemente todavía.

–así es sigo enojado, me iré a dormir, se me quitaron las ganas –anuncio dejándome allí parada.

Lo observé mientras como se acostaba en su cama y cerraba sus ojos, tomé una última bocanada de aire y arreglé mi cabello, me acosté a un lado y me tapé con la manta que estaba allí, suspire.