Cada mañana

Capítulo único

Esta es la historia de una persona en particular, no es sobre cómo ha logrado ascender en su vida por medio de muchos esfuerzos, tampoco es la triste de historia de como nunca conoció a su padre. Esta historia se trata principalmente de sus mañanas y el porqué es su momento favorito del día...

Meng Yao se observó en el espejo y sonrió ante el resultado, su cabello estaba bien peinado, usaba pantalones formales claros y camisa azul oscuro, estaba listo para ir a trabajar a la oficina.

Era jefe del área de publicidad de su oficina, ese día debía juzgar dos propuestas de sus colegas, esperaba que estuviesen a la altura de lo que necesitaban; tenían que conseguir un nuevo contrato con otra compañía, por lo que definitivamente debían tener una excelente estrategia de marketing.

Salió con calma y se dirigió al ascensor de su edificio, era su momento favorito del día: cada mañana sin falta se encontraba con un vecino que vivía dos pisos más abajo. Al inicio solo era feliz con verlo, luego se animó a hablarle y se volvió parte alegre de su rutina verlo antes de la jornada laboral.

Subió en el piso 15 con completa tranquilidad, comenzó a sonreír al pasar por el 14 y cuando se abrieron la puertas en el 13 su corazón comenzaba a acelerarse.

—Buenos días —dijo Meng Yao animadamente buscando con sus ojos los de su vecino.

—Buen día ¿Qué tal? —preguntó un hombre tan alto que debía agacharse un poco para no golpearse con la puerta del ascensor.

—Bien, cansado, pero último día, nadie se enoja —al responder sonrió de manera amable para dar énfasis a su mensaje, pero la verdad es que los viernes no eran exactamente sus días favoritos, pues debía hacer análisis de la semana y además que significaba no ver a su crush hasta el lunes nuevamente.

—¿Algún plan para el fin de semana?

—Sentarme a ver una película romántica mala en Netflix —confesó Meng Yao, lo que guardó para sí es que solía imaginar que los protagonistas eran él y su compañía dependiendo de la escena.

—¿Es requisito que sea mala? —preguntó el otro con una sonrisa, esa bendita sonrisa que solo podía sacarle de vez en cuando, su día ya se podía considerar bueno solo por eso.

—Es elemental, tengo que estar constantemente pensando en muchas cosas, las películas malas son una bendición porque no debes detenerte a buscarle profundidad ¿Qué clase de películas prefieres, Mingjue?

Se esperaba que la respuesta fuesen películas de acción o policíacas, se veían totalmente del estilo de Nie Mingjue.

—Documentales

—Vaya, nunca lo esperé, pero debí suponerlo, a veces olvido que eres profesor —comentó Meng Yao con una dulce sonrisa, más de alguna vez Mingjue le hablaba sobre algún acontecimiento en la escuela, cosas que le entretenían porque jamás pasarían en su oficina, como un niño que llevó un gato al colegio, se escapó y luego hubo toda una campaña tanto de los estudiantes como de los docentes para poder bajarlo de un árbol.

—A mí me gustaría olvidar que soy profesor a veces, por ejemplo mañana y el domingo tendré que dedicarme totalmente a revisar sus evaluaciones —respondió con fastidio, en realidad le gustaba su trabajo, pero era tedioso la parte administrativa.

—Ánimo con eso, nos vemos, buen fin de semana.

—Adiós.

Al llegar al primer piso, el publicista tuvo que bajarse del elevador, su trabajo quedaba relativamente cerca, por lo que se iba caminando; por el contrario, su vecino debía ir a los pisos subterráneos en busca de su vehículo ¿Cómo sería ese automóvil? Lo imaginaba negro.