Amnesia

117 5 0
                                    

Eramos muy unidos, hacíamos todo juntos, no había ningún secreto entre nosotros. Fuimos mejores amigos y después pareja, todavía recuerdo cuando me pediste que fuésemos novios. Estábamos en un parque al atardecer, el sol se ocultaba y los pocos rayos de luz que había coloreaban el cielo de un hermoso color naranja, no había casi nadie y nosotros estábamos sentados en una banca de piedra, recuerdo las copas de los árboles alzarse imponentes y majestuosas, las aves se refugiaban en sus nidos y podía escuchar sus bajos trinos que parecían susurros. Todo indicaba que ya era hora de volver a casa, y te invité a regresar, entonces, te acercaste a mi oído y me susurraste:

-Espera, tengo algo que preguntarte -esas palabras provocaron un escalofrío en mi, además de erizarme por completo.

-Adelante, estamos en confianza -te dije un poco nerviosa. Nos miramos a los ojos y hubo un silencio corto.

-Hace dos años te conocí aquí, estabas leyendo un libro muy malo -reí al recordar el momento-. Sin querer te tropecé y como ese día había llovido, tu libro cayó en el agua y se arruinó por completo, te enojaste conmigo y tuve que comprarte nuevamente ese estúpido libro.

-No era estúpido -te reproché.

-Si lo era, ahora señorita déjeme continuar con mi entretenido relato -dijiste sonriendo, me resigné y guardé silencio-. Gracias, como decía te compré el libro, no sin antes hacer una critica constru-destructiva y empezamos una acalorada discusión. Yo no podía dejar de embobarme con tu penetrante mirada, después de eso casualmente nos encontrábamos en el mismo lugar y tu seguías leyendo ese libro. Con el tiempo dejamos de discutir y nos hicimos buenos amigos, nunca dejaste de leer pésimos libros -te di un golpe al oír eso-. Era cierto, prosigo, hoy hace exactamente dos años que pasó ese lluvioso día y quiero preguntarte si me harías el honor... -te acercaste nuevamente a mi oído- de ser mi novia -dijiste susurrando. Yo me puse pálida y fría, nunca imaginé que me lo pedirías, creí que solo me veías como una amiga y por eso había perdido toda esperanza, pero esas palabras cambiaron mi forma de pensar.

-Si -susurré-, si, ¡si!

Estaba muerta de felicidad, cuando me escuchaste me abrazaste y luego plantaste un tierno beso que no dudé en corresponder.

Con el tiempo la relación prosperó, todo iba de maravilla, tu siempre fuiste un romántico de película, adoraba tus palabras, tus detalles, tus canciones, adoraba todo lo que viniese de ti, porque te adoraba a ti. Tal vez no lo demostraba, pero cualquiera que me conociera bien lo notaría, creo que a pesar de todo no me conocías del todo bien, porque me reclamabas el hecho de que parecía no quererte.

-¿Tu realmente me quieres? -me preguntaste una vez.

-Claro que te quiero -te respondí sinceramente y te abracé, pero no me correspondiste y me separaste de ti.

-No parece que me quisieras, no lo noto en ti. Eres tan fría y seca, yo necesito saber si realmente me quieres -y te fuiste dando un portaso, dejándome sola en la sala de mi casa. Ese día lloré mucho, me dolieron tus palabras, sentí un pinchazo en mi corazón. Pero a las pocas semanas ya estábamos bien otra vez. Y así pasábamos, discutíamos, regresábamos, discutíamos, y regresábamos, hasta que un día me dijiste:

-Quiero que esto termine, las cosas no funcionan.

-No, estamos bien, solo nos falta poner un poco más de nuestra parte.

-No, entiende que ya no hay vuelta atrás, que esto no funcionará nunca.

-No puedes acabar esto por algo que se puede arreglar -soyose y vislumbré un poco de arrepentimiento en tu rostro, tenías los ojos más brillantes de lo normal, parecía que fueses a llorar, pero no te echaste para atrás.

-Lo siento nunca quise hacerte daño, pero esto no puede continuar, no sufras por mí, sólo se feliz con alguien más.

Y así acabó todo, hoy estoy sentada en la misma banca recordando todo lo que vivimos, las lágrimas no pueden parar de brotar, ya no siento los arboles imponentes y majestuosos, ahora los veo viejos y tristes, las aves parece que cantaran una melodía melancólica y todo aquí me recuerda a ti. Oí que ya tenias una nueva pareja y que todo iba bien con ella. Me dolió profundamente escuchar eso, aunque me alegro por ti y espero que seas feliz con ella, hubiese preferido que conmigo, pero ya es tarde para enmendar los errores. Estoy sentada en este banco de piedra mirando nuestras fotos juntos, si, aún las conservo y me duele mucho que no haya funcionado, creo que todo fue mi culpa por ser tan fría, espero que me perdones. Mis amigos dicen que debo salir y conocer más gente, pero no puedo, no me puedo olvidar de ti, porque no quiero, tal vez. Desearía olvidarlo todo, olvidar que no funcionó, pensar que sólo fue un sueño, olvidar que fuimos algo, desearía olvidar que te conocí, desearía olvidarte, desearía despertar con amnesia.

AmnesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora