Prólogo.

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Sonó la alarma de mi celular, enfadada me levanté a apagarla y acto seguido me volví a meter entre mis cobijas.
Debí haberme quedado dormida por un buen rato, pues se escuchaba detrás de mi puerta los gritos de mi papá, repitiendo que me levantara porque ya era tarde. Creo que esa es una de las cosas que más detesto de la semana, los lunes, los gritos de mis padres, las personas, la escuela, y una lista interminable de las cosas que detesto cotidianamente. Sin embargo he aprendido a vivir con eso, las únicas personas que hacen que mi día y mi vida sea menos...rara, son mis amigas...y mi perro.

Pero supongo que un día para otro tu vida aburrida y rara sin sentido puede cambiar en un solo suspiro.

Estés o no...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora