NOS ESTÁN MATANDO

Anna

¡Ayuda, ayuda, a mí no!
¡Mal parido desgraciado!

Fueron las últimas palabras que se le oyeron decir a Anna.

Ella era una chica de 19 años, solo vivía con su papá en una colonia un poco alejada de la cuidad, ella asistía a la escuela en el centro de la ciudad y ese día, se le había hecho un poco tarde, así que ella solo alcanzo un bus y el resto del camino lo tuvo que recorrer sola y caminando, tres calles antes de llegar a su casa, un tipo viejo y asqueroso la tomo por la espalda, apretándola de la cintura y diciéndole que no gritara, dentro del forcegeo ella alcanzo a darle un golpe al lado de las costillas, sin embargo él no la soltó y comenzó a golpearle más fuerte, dejandola así inconsciente.

Su padre al mirar el reloj que marcaban las 11:15 comenzó a buscarla desesperadamente, regreso a casa sin ninguna respuesta.
Al día siguiente, un par de señoras encontraron una mancha de sangre en la calle más fea del lugar, justo por la que Anna había caminado.
La noticia se difundió en seguida hasta la ciudad.

Una señora, un poco viejesita fue la que escucho el grito de auxilio pero ella no pudo hacer nada, desde su choza solo miro que alguien se la llevó arrastrando, sabía que era ella, la única niña que había crecido y que ahora buscaba un nuevo lugar.

Su padre al enterarse de eso, acudió inmediatamente a la delegación con más accesibilidad, rápidamente comenzó una búsqueda.

Han encontrado su cuerpo muy atrofiado, lleno de sangre y quemaduras, golpes en la cara, casi desnuda, y por su puesto abusada.

Su padre sigue en busca de justicia, pisando los talones de aquel tipo que le arrebató la vida a su hija en un par de segundos.

Se cuenta que está mañana, unos niños venían del campo de juego y dicen que han encontrado a un hombre degollado en la entrada de la colonia. Se han hecho investigaciones y el único responsable de esa tortura ha sido el padre, él que encontró al mal parido que mató a su hija.