El séptimo piso

Abre los ojos.

Todo paso tan rápido.

Aquel día todos habíamos sido llamados para defender el piso, aquel infierno que nosotros llamábamos hogar. Según las noticias llegadas del piso superior, la señorita Aura y el señorito Mare habían caído en su deber de defender el 6to piso, aquello lleno nuestros corazones de ira. Los gemelos elfos eran apenas unos niños y esos bastardos se habían atrevido atacarlos en grupos enormes, el enemigo se había infiltrado con mayores números que en ocasiones anteriores.

Mi trabajo era dar apoyo a los demonios del pecado, así como a sus invocaciones.

Pero... al verlos llegar, sentí mi cuerpo temblar, no del miedo sino de la alegría al poder pelear y defender lo que era el piso de mi señor e impedir que siguieran avanzando.

Demiurge-sama, el guardián de Piso comandaba a sus lacayos desde la parte trasera, orden tras orden siendo ejecutaba con eficacia y rapidez. Cada uno de nosotros ya sabíamos nuestro trabajo y no pensábamos echarnos hacia atrás en esto, debíamos aniquilar a esos invasores. La ventaja de esto era que sus números se habían reducido al enfrentarse con los guardián de piso anteriores, cada uno de ellos había cumplido bien su trabajo y habían muerto con honor.

Aunque al final yo era un combatiente de bajo nivel, mi fuerza no era comparada con la de los lores, con los guardianes de área o con el mismísimos guardián de piso.

Varios invasores me rodearon y por más que trate de defenderme, solo sentí como la espada de uno de ellos penetraba mi abdomen en una limpia estocada, las de flechas mágicas en mi espalda, ese golpe había sido cobarde pero... que se podía esperar de invasores.

Después de eso todo acabó.

"¿Ah?"

Cuando desperté estaba en mi lugar de siempre, la habitación que usaba como laboratorio e investigación. Al salir pude ver a mis compañeros quienes como yo y al ver el hogar de los Seres Supremos supimos que la victoria había sido de nuestros creadores.

Nuestros corazones estaban llenos de alegría y regocijo, al salir del pasillo directo a la sala del trono del 7mo piso pudimos ver a nuestro señor parado a la derecha del Ser Supremo, Ulbert Alain Odle-sama.

Ante aquella imagen cada ser habitante de estas tierras se arrodilló ante ellos.

La gloria de Nazarik estaba intacta y aquellos invasores habían sido aniquilados sin piedad.