Te estoy leyendo en un lugar oscuro, profundo, lugar de sinceridad, de amor y amabilidad. Te estoy leyendo eternamente en cafeterías, en parques solitarios, puede ser también en mi trabajo sin horario, te estoy leyendo una vez por cada segundo, creo encontrar una razón evidente a este martirio, a veces lo creo y siento que mi amor esta perdido, que mi cuerpo no sostiene, que mi mente no desea la razón de mano con el alma, que prefiere gritar suavemente lo que nadie entiende, ni entenderá, lo que nadie siente, ni sentirá por mí.
Te estoy escuchando, en boca de este y de aquel, te estoy escuchando en poemas, quizás en canciones pero mil veces en mis oraciones, te estoy escuchando buscando respuestas que no existen, buscando un numero perdido, buscando el café, un libro, te estoy escuchando puede ser en mi mente, porque tu cuerpo no se siente, te estoy escuchando en mis sueños, solo en ellos, me pides perdón por dejarme, solo en ellos deseas abrazarme, besarme, tratar de detenerme solo un poco más, solo un segundo, para poder tomar todo lo que prometí darte.
En este momento, te encuentro, te encuentro en mis dedos, mi almohada, mi cuerpo, mis deseos, pero basta ya de placeres vacíos, de tu perfume, de tu olor que emborracha mis sentidos, de tus dedos sobre mi espalda, de tus labios entre abiertos, del dolor de cabeza que siempre sueles tener y de sentir calor mientras llueve, solo porque estas a mi lado, solo porque sostienes mi mano, basta ya de escucharte, de verte, de encontrarte, porque no existe, no existe prueba alguna de donde estuviste, no existe carta, no existe objeto, no existen chismes de que tus labios y los míos se detenían unos junto a los otros mientras respirabas fuertemente, mientras tocaba tu cuerpo, entonces basta, deja mi mente, deja mi pasado, presente y futuro, deja de ser mi fantasma personal, suelta mi mano INEXISTENCIA y EXISTE nuevamente en esta realidad.