Capitulo II

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  Capitulo II

Mitzuki trataba de seguir el paso de su hermana y Hinata, ya que lo habían dejado atrás desde que habían comenzado a caminar hacia su casa, después de que el chico se ofreciera a acompañarlos.

-Hey mariposita apresúrate no tengo todo el día- dijo Hinata volteándose hacia Mitzuki con una leve sonrisa.

Mitzuki lo miro con desprecio y caminó un poco más rápido.

Al llegar, Hatsu fue la primera en entrar seguida por Hinata dejando que Mitzuki se encargara de cerrar la puerta. Se sintió un golpe.

-¿Ah?, Ya... ya llegaron- dijo Yuu arrodillada en el suelo tratando de tapar inútilmente trozos de vidrio y leche esparcidos por el suelo.

-Que, ¿Qué demonios paso aquí?- grito Mitzuki dejando su bolso sobre una silla acercándose a su hermana.

-Bueno...- se paró con dificultad dejando que pequeños trozos del cristal roto resbalaran y cayeran de su ropa —es que tenía sed-.

-¿Sed, y porque te caíste?-

-Es que...-

-¿Qué hacías comiendo en la sala?-

Mitzuki levanto un poco la mirada encontrando el televisor encendido conectado a unos videos juegos en pausa —Estabas jugando- dijo secamente.

-¡No!- grito Yuu dando un salto para tratar de bloquearle la visión a su hermano cayendo nuevamente al suelo.

-¿Estas bien?- pregunto mientras se agachaba al darse cuenta de pequeñas manchas de sangre que rodeaban el brazo de la muchacha.

-¿Ha?, s... sí, creo que me corte- hablo mientras trato de esconder un quejido al sentir el frio de un pañuelo húmedo que coloco su hermana sobre su herida-.

-Se suponía que estabas ya antes herida con lo de clase- dijo Hinata quien había observado la escena con una sonrisa en los labios.

Mitzuki se sobresaltó, había olvidado que Hinata seguía hay, incorporándose, fue hacia el televisor y lo apago, desenchufo los juegos, trató de ordenar un poco. Según Mitzuki el chico no parecía que fuese su primera vez en esa casa, estaba muy tranquilo, en comparación de él en una casa ajena pero...

-¿Han vivido siempre aquí?-

De nuevo la voz del muchacho lo pillo por sorpresa, se giró para ver a Hinata acercarse lentamente mirando con poco interés la casa, las manos en los bolsillos y una expresión neutra que desapareció cuando quedo, más o menos, a un metro de distancia  —su... supongo- bajo la mirada, sus hermanas se habían ido al baño.

-Ya...- en el rostro perfecto de Hinata se creó una leve sonrisa.

-Voy a ver a mis hermanas- añadió el menor, tratando de evitar lo más posible al joven.

-¿Por qué estás tan nervioso?- pregunto a Mitzuki colocándose en su camino.

-No... no lo estoy-

 -¿De verdad?-Hablo con ironía -¿qué es lo que tanto te incomoda? Has estado actuando de una manera extraña a cómo te comportas con tus hermanas-.

-A ellas las conozco pero a ti no- trago saliva, sentía la boca seca, no podría seguir hablando.

-¿Y eso es escusa? Ni siquiera tú te convences con lo que acabas de decir, realmente estás nervioso-.

El pelinegro avanzo un poco más pero le rodeo, cosa de alejarse sin llegar a mirarle o rosarle.

-Bien..., despídeme de tus hermanas mariposita- se giró para alcanzar sus cosas -nos vemos- se dirigió a la puerta lentamente sin rozar nada, deteniéndose frente esta. Mitzuki estaba atento a sus acciones mientras caminaba por el pasillo que daba a la habitación del fondo, la cocina, el patio y las escaleras, percatándose de la última acción del chico, él también se detuvo girándose para encontrarse con su malévola sonrisa y su penetrante mirada azulina.

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⏰ Última actualización: Mar 15, 2015 ⏰

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