Chocolate.

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Palabras: 1531

─¡Pero Galletita!─gritó el chico de mechas celestes a su mejor amiga, mientras colocaba una bandeja de éclair cubiertos de chocolate frente a él─¡Te dije que los quería con fresas!

Marinette encogió los hombros dedicándome una mirada fastidiada- compasiva.

─Lo siento Luka, se acabaron las fresas, Madame Agreste vino y se llevó los últimos.

─Uy sí, uy sí. Quédando bien con la suegra ¿No?

Mari se sonrojó violentamente, el muchacho sabía sacarla de sus casillas, y más cuando le hablaba de su eterno enamorado. Sus reacciones siempre le sacaban una carcajada.

─¡No es gracioso Couffaine!

─¡Claro que sí! Además eso es por darme los rellenos de chocolate.─dijo el chico señalando acusatoriamente a la franco-china.

─¿Porque no te gusta el chocolate?

─Es que es un sabor demasiado básico─explicó Luka─ Los de fruta son mucho más interesantes.

La chica rodo los ojos, tomó un par, los colocó dentro de una bolsa de papel y se los dió a su amigo.

─Ten, y más vale que te los comas Couffaine. Adiós.

De mala gana el guitarrista aceptó la bolsa y salió del establecimiento. ¡Esa Dupain-Cheng era una desconsiderada! Obligarlo a comer chocolate en favor del rubio barbie por el que babeaba era ser una mala amiga.

Resignado, decidió dejar el tema de lado y decidió caminar un rato para distraerse ya que no podía regresar a casa en ese momento. Su madre tenía reunión en el barco y meterse con una Anarka Couffaine borracha y perdiendo dinero por apostar en el Póker era suicidio. La última vez su guitarra favorita pagó el precio.

<<Pobre Elizabeth, era tan joven>> recordó con exagerada tristeza.

Su estómago comenzó a rugir, tenía tanta hambre...¡Y lo único disponible eran los mentados éclair de chocolate! Trató de resistir lo más que pudo pero el hambre ganó la batalla y refunfuñando se acercó a un banco cerca de una fuente y se sentó para poder darle una mordida a la no deseada masa.

Más un leve quejido a sus espaldas lo sacó de sus pensamientos. Allí se dió cuenta que no estaba sólo.

<<Genial>> pensó con sarcasmo.

Quizás lo mejor era irse de allí, y estaba dispuesto a ello, pero el brillo de un exquisito kimono rojo bordado en dorado lo detuvo al instante. Giró un poco más para observar a la portadora de tan impresionante prenda, el hermoso rostro de su dueña lo dejó sin habla: Una piel hermosa, unos finos y rosados labios, pero lo más destacado sin duda era ese par de ojos marrones que lo miraban con cautela.

Luka sintió sus mejillas arder.

─¿Estás bien?─preguntó preocupado el chico.
─¿Realmente te importa?─contestó ella con dureza
─S-sí...

Luka estaba muy sorprendido con su voz, no parecía pegar con su imagen. La azabache sólo suspiró.

─Nada del otro mundo, sólo soy patética.

─No digas eso.

─Es la verdad. En el último tiempo no he hecho más que deshonrar el buen nombre de mi familia.

─¿Porque lo dices?

─Hace dos días dieron las últimas plazas para los Juegos Olímpicos, que este año se llevarán a cabo en mi país natal...y no clasifiqué.

Chocolate #Juste L' Amour [Lukagami] [One-Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora