La amo, y eso es el principio de todo.

El principio.

Afuera de la estación está Alirio abriendo la puerta trasera de la camioneta en cuanto las ve salir, los reporteros las han seguido hasta aquí y están parados alrededor de la camioneta con cámaras y micrófonos, listos para obtener más información de lo que será una de las noticias -o escándalos- más importantes del país en mucho tiempo.

Valentina camina frente a ti para evitar que se acerquen demasiado y no sabes cómo es posible pero crees que te enamoras más de ella con estos detalles, a pesar de todo lo que se viene para ella y su familia, lo único que quiere hacer ahorita es cuidarte.

Te deja entrar a la camioneta primero antes de voltear con los reporteros una vez más. "Por el momento no daré más declaraciones, les pido que respeten nuestra privacidad. Muchas gracias a todos." Valentina sube a la camioneta y Alirio cierra la puerta silenciando todas las voces de la calle.

"¿A dónde la llevo, señorita?" Pregunta Alirio una vez que está en el asiento del conductor.

"A la casa de Valle, por favor." Responde Valentina mirándote a los ojos y dándote una pequeña sonrisa.

"Claro que si, señorita." Dice Alirio al mismo tiempo que arranca la camioneta.

Valentina se recarga en el asiento y escuchas un largo suspiro salir de su boca. Cierra los ojos y tú tomas su mano y te concentras en acariciar sus dedos. Puedes ver el cansancio en su rostro, debe estar exhausta después de todo esto, tú lo estás y solo estuviste unos minutos frente a las cámaras. Por milésima vez en este día te quedas asombrada de su fortaleza.

"¿Estás bien?" Le preguntas susurrando cuando abre los ojos.

Voltea hacia ti y te dirige una media sonrisa. "Estoy bien ahora que estás aquí."

Le sonríes y acaricias su cabello con tus dedos, acomodas un mechón detrás de su oreja y la miras fijamente. "Fue muy valiente lo que hiciste, Val."

"Ahora si podemos estar juntas." Te sonríe y por unos segundos te pierdes en el azul de sus ojos. Te acercas a ella hasta tocar su frente con la tuya y acaricias dulcemente su mejilla con tus dedos.

Quieres agradecerle por lo que hizo porque sabes que fue un gran paso para ella y sobre todo, porque es un nuevo comienzo para su relación. Al mismo tiempo, estás un poco confundida y quieres entender qué fue lo que la motivo a hacerlo cuando hace unos días estaba tan convencida de que no quería que nadie supiera.

"Creí que no querías que esto se supiera."

Ella se separa un poco de ti y respira profundamente antes de voltear a verte. "¿Podemos hablar cuando lleguemos?" Te pregunta en voz baja, casi con timidez. Asientes y le das una pequeña sonrisa antes de abrir tus brazos para ella, invitándola a recargarse en ti. Valentina se acerca y se deja abrazar escondiendo su rostro en tu cuello, sientes su aliento en tu piel y cierras los ojos abrazándola más fuerte.

No hablan en todo el trayecto, simplemente cierras los ojos y acaricias su cabello hasta que sientes el carro detenerse. Abres los ojos y te das cuenta que ya llegaron. Por la respiración de Valentina sabes que está dormida, quisieras poder dejarla descansar un rato más pero Alirio está bajando del coche y abriendo la puerta para que bajen ustedes. "Val," le dices al oído al mismo tiempo que tocas su cabello para tratar de despertarla, "Val, ya llegamos," repites la acción con tus manos y continuas diciendo su nombre un par de veces hasta que ella aprieta los ojos y segundos después se abren para encontrarse con los tuyos.

"Perdón, no me di cuenta cuando me quedé dormida." Frota sus ojos con sus manos para quitarse el sueño.

"No te preocupes, creo que yo también me dormí unos minutos." Le sonríes y tomas su mano al mismo tiempo que ella se voltea para bajarse.