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Durante todo el camino me esforcé en ni siquiera dudar sobre lo que pensaba hacer, no debía pensarlo demasiado, solo debía mantener el valor y el toque de furia que recorría mi cuerpo, nada mas, nada de orgullo, eso no me serviría.

Ni siquiera me había parado por un momento a pensar si realmente el departamento de mi sueño de inconsciencia fuese realmente el departamento de Dazai, sin embargo, la nota y la llave habían sido reales.

Y solamente lo dude cuando me encontraba golpeando la puerta y esperando a que abriesen esta.

Cuando la puerta de abrió, vi a Dazai allí de pie, en mi interior suspiré aliviado, de inmediato saqué de mi bolsillo la nota.

- Tenemos que hablar – solté mientras entraba en su departamento, presionando con mi mano la nota en su pecho, este de inmediato la tomo

- Oh Chuya, bienvenido, pasa – dijo sarcástico, pero su tono de voz murió al reconocer lo que le había dado, su nota suicida

Me quede de pie en el medio de su departamento, era tal y como lo recordaba en mi sueño, mire hacia la estantería de libros cercana, allí se encontraba el libro sobre Aomori. Volví mi vista hacia él. Dazai leía su nota, sabia que su cerebro se encontraba trabajando duramente para encontrar una forma de arreglar aquello, pero yo tenia la intención de hacerlo de una forma sincera.

- No puedo creer que realmente lo has creído, Chuya, era solo una broma – intentó él, me acerqué de inmediato hacia él, cerré la puerta detrás de él, dio un paso hacia atrás intentando alejarse, negué con mi cabeza

- Ni siquiera lo intentes – le dije – no te atrevas a negarlo, después de todo lo que has hecho, lo que nos hemos hecho – sin embargo, él no parecía dispuesto a rendirse, yo había llegado con la determinación de rendirme, de no continuar con ese juego

Lo miré, expectante a que dijese algo, sin embargo, ninguna palabra salió, solté un suspiro, era una persona difícil, ambos lo éramos. Y yo me sentía agotado de todo eso. Volví a acercarme un paso hacia él, note como tensaba su cuerpo, lleve mi mano hasta su muñeca y lo tome lentamente, me sentía como si intentase evitar espantar a un animal salvaje.

Lo tomé y comencé a caminar hacia atrás, guiándolo nuevamente hacia el interior de ese departamento, yo evitaba apartar la mirada de la suya, aunque él si evitaba la mía.

- Me pediste pasar esa noche contigo y yo termine por huir, no lo voy a hacer ahora – dije, creo que esa era una de las primeras veces que mi voz no sonaba especialmente irritada cuando me dirigía a Dazai – necesitamos hablar – termine por decir

Dazai abrió su boca, intentando decir algo, sin embargo, nuevamente las palabras parecían atorarse, realmente toda esa situación lo estaba tomando por sorpresa, jamás pensaría que conocería de esa forma esas expresiones.

- Yo necesito un trago – termino por decir Dazai, se dirigía hacia su cocina, escuchaba como abría y cerraba puertas, destapaba una botella y se servía, sabia que bebería Whisky

Me quede detrás de él mientras terminaba por beber todo el contenido de su vaso, espere a que se voltease, cuando lo hizo, no me quede nuevamente quieto, no volví a esperar ni hacer movimientos lentos. Rápidamente, lleve mis manos hacia su rostro, me acerque lo suficiente como para disminuir la diferencia de nuestras estaturas, y entonces lo bese. Sentí que debía haber hecho eso desde el primer momento en que él había abierto la puerta.

Lo besé, como solíamos hacerlo cuando estábamos en la Mafia, cuando éramos unos niños, en un principio, sentía como su cuerpo continuaba congelado, por ende, tenia el pase libre de besarlo como se me diese la gana, y eso hice, al menos hasta que sentí como él comenzaba a corresponder.

NotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora