En los años que la tierra era virgen y que algunos seres vivos pensantes caminaban por la tierra tratando de sobrevivir, estos empezaron a unirse en grupos, protegiéndose entre ellos, apoyándose a crecer y buscar lo que como nómadas era su misión de encontrar un nuevo hogar , de las tierras que encontraron había una joya, una fértil y abundante que aún no contaba con huella de población, durante el desarrollo del reino descubrieron que las tierras pertenecían a un espíritu de gran poder y capacidades que ayudaban a la naturaleza, el poseedor de una presencia increíble, al percatarse de sus error por invadir tierra ajena el líder y futuro Rey de los nómadas presento su respeto y devoción al espíritu, como acto de virtud el espíritu acepto y con esto sellaron un pacto de convivencia mutua, él respetaba vida sea grande o pequeña, importante o insignificante, respetaba y obedecía el orden natural de las cosas, la naturaleza que se había brindado a la vida como tal, la ley que era más vieja que él, se presentó con el pequeño grupo de nómadas y acepto que habitaran sus tierras, siempre y cuando ellos respetaran la tierra y la vida que fluye en su valle, como muestra de gratitud el futuro Rey tallo el símbolo del reino con la imagen del espíritu, que representaba protección para su pueblo sin embargo también estaba la otra cara de este que era la destrucción, se le conocía como "El tanto protege como destruye”. Así el futuro reinado de los Acorn seria abundante con la protección, de este noble espíritu el cual lo conocieron como el Quirtzal, su figura parecida a un lobo robusto cubierto con una manta que tapaba su rostro, dejando ver a simple vista sus hocico y dos colmillos sobresalientes, sus ojos naranjas que brillaban en la oscuridad de la fina manta, Quirtazal el espíritu que podía dar y quitar, para el reino de los Ancors tomar ese camino fue algo que los marco.